A partir de 1840 los yacimientos de la Sierra de Gádor muestran síntomas de agotamiento lo que da lugar a cierres de minas y fundiciones. En ello tendría
mucho que ver el descubrimiento del criadero de plomo argentífero en el Barranco Jaroso, en la Sierra de Almagrera en 1838. La minería del Levante sufrirá
un nuevo impulso, que incentivó la demarcación y solicitud de registros mineros en las sierras adyacentes de Vera, Águilas, Lorca, Mazarrón y Cartagena.
La importancia de Águilas en la minería moderna del Sureste español ha
pasado desapercibida hasta nuestras fechas, a pesar de que empezó aponerse de manifiesto a partir del segundo tercio del siglo XIX. Los dos
principales hechos que confirman su papel relevante sobre otros enclaves
mineros como La Unión, Mazarrón o incluso Cartagena fue la construcción
de fábricas de fundición de plomo en la Bahía de Levante, y en segundo
lugar el establecimiento de la Inspección de Minas del distrito de Sierra
Almagrera y Murcia en Águilas.
A principios del siglo XX la prácticamente totalidad del término municipal de
Águilas había sido demarcada por ingenieros de minas que recorrieron los
más recónditos parajes de nuestro término municipal. Gracias a los registros
y dibujos meticulosos que aquellos ingenieros hicieron entre 1870 y 1920,
hoy en día y tras un meticuloso y laborioso proceso de ordenación de datos,
he podido recrear el paisaje y los principales accidentes geográficos del
término de Águilas de antaño, recuperando del olvido una gran cantidad de
nombres de parajes y topónimos olvidados por el paso del tiempo, así como
el nombre de los cortijos, haciendas, fuentes, hornos, ventas, etc. así como
de algunos de sus primeros y muy ilustres moradores.
(Este libro será publicado próximamente) |