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Presentación del libro "Águilas y los ingleses"
En la última década del siglo XVIII se apreció en Águilas un incremento del tráfico comercial a través de su puerto, siendo a finales del siglo XIX cuando las
compañías inglesas centrarán su atención en las potencialidades comerciales de su puerto para la exportación de esparto y mineral a gran escala. El
establecimiento de una colonia británica permanente impregnaría al pueblo y a sus pobladores de una especial idiosincrasia.
Águilas y el esparto
El esparto había sido desde tiempos inmemorables una fuente de riqueza casi inagotable en todo el Sur y Levante de España. El esparto se convirtió
el siglo XVIII y XIX, junto con el plomo, en una de las mercancías más importantes de exportación a Francia e Inglaterra para la manufactura de fibra y la
fabricación de papel. Las fábricas de papel inglesas y escocesas iniciaron entre 1830 y 1850 una auténtica expansión comercial en el Sureste de España y
Norte de África en busca de la materia prima.
¿Por qué se convirtió Águilas en uno de los más importantes enclaves de almacenaje y comercio de esparto de todo el Mediterráneo?
En primer lugar porque Águilas, además de ser el inmediato puerto de embarque de las principales áreas de recolección en España, también lo era para recibir partidas de esparto embarcado en Argelia, su principal competidor. Además, el comercio del esparto estaba muy ligado al de la minería, ya que ambas mercancías se complementaban muy bien a la hora de compartir el espacio en las bodegas de balandros y laúdes.
Finalmente, Águilas ofrecía multitud de calas cerradas y de poco fondo, las cuales reunían condiciones ideales para la instalación de cocedores de esparto. La ventaja de cocer el esparto en agua de mar tenía como resultado un esparto más blanco que si era cocido en pozos o charcas de agua dulce, las cuales tendían a ponerlo negro.
La primera compañía en establecer sus negocios en Águilas fue The Esparto Trading Company Limited, que fue registrada el 22 de Octubre de 1868. Los directivos de la compañía fueron los señores Lemuel Goddard y Philip Barron (Vicecónsul inglés en Almería desde 1869), los cuales establecieron el domicilio social en Londres. Esta compañía realizará todas las operaciones de compra de esparto a través de la filial G. Noble & Co, la cual enviará a España, concretamente a Cartagena, sus propios agentes comerciales.
La primera junta de directores fue nombrada para un período de tres años y estuvo compuesta por los señores George Noble (Director gerente, que daba el nombre a la compañía), Daniel Meinertzhagen y William Hope. Y los principales accionistas de la compañía eran George Noble, Philip Barron, y William Hope (cada uno con 30 acciones), seguido de Robert Johnston. Ellos residían en Londres, Almería, Leith y Águilas respectivamente. Otros accionistas de menor importancia fueron James Armstrong Murray, Daniel Meinertzhagen, Thomas Nowledge y George Loring (cada uno con 4 acciones) y residentes en Londres, Cartagena, Durham y Málaga, respectivamente.
Robert Johnston Cheney, irlandés nacido en 1822, se instaló en Águilas alrededor de 1865, convirtiéndose así en uno de los primeros y más importantes agentes extranjeros en Águilas para el comercio de esparto. Tenía el domicilio y la oficina en la Calle del Sol, en los números 13 y 15, respectivamente. Esta calle, conocida popularmente como la Cuesta del Sol, se caracterizó por ser la preferida de los ingleses establecidos en Águilas y dedicados al comercio de minerales y esparto, ya que ofrecía una magnífica y estratégica vista del puerto de Levante y su bahía.
El 3 de Marzo de 1866, Mr. Cheney propuso la firma de un contrato de explotación de la finca o hacienda espartizal denominada Villa de Cortés, en Baza, constituída por “un extenso monte con arbolado de varias clases, en una gran parte del cual abunda el esparto” a su propietario, don Miguel María José Carvajal Téllez de Girón, duque de Abrantes y Linares, Conde de Aguilar.
Mr. Johnston estaba obligado a pagar anualmente 25.000 reales, 12.500 a primeros de Agosto y los 12.500 restantes a finales de Noviembre. Los gastos de recolección y demás corrían a cuenta del contratista.
Se iniciaba así la presencia inglesa en la recolección, tratamiento y comercio del esparto en Águilas y por otro lado el futuro vínculo entre Baza y Águilas, materializado en el ferrocarril varias décadas después.
Alrededor de 1870 la mayoría de las antiguas fábricas de fundición de plomo situadas a lo largo de la Playa del Bol, se convirtieron en almacenes de esparto. La construcción frente a ellas de pequeños embarcaderos de madera, facilitaba el embarque de balas de esparto con la ayuda de barcazas, que las llevaban hasta los barcos fondeados en medio de la bahía.
Johnston estuvo exportando esparto para The Esparto Trading Company Limited desde Águilas hasta que la compañía fue disuelta el 31 de Agosto de 1883.
¿Significaba esto el fin de la exportación de esparto en Águilas?
Bien sabemos que no, ya que el motivo de que fuera disuelta esta compañía en Enero de 1874, no era otro que absorber a la compañía Athorpe & Barker formando así otra empresa aún mayor: The Esparto Fibre Company Limited.
La firma de una serie de acuerdos evidenciaba el importantísimo potencial económico y social de estas compañías involucradas en el nuevo consorcio, los cuales tendrían una repercusión inmediata en el incremento y consolidación del comercio del esparto en Águilas.
Por una parte, la compañía objeto de disolución, The Esparto Trading Company Limited, de la que William Hope y Daniel McNaughton (residentes todos en Leith, Escocia) eran sus directores y principales accionistas, aportaba la maquinaria y casi una veintena de fincas arrendadas en Caravaca, Moratalla, Totana, Orce y Cúllar.
Por otra parte, la compañía Athorpe & Barker, de la que Frank Cowlin Barker, Charles Ernest Beaty Pownall y Alfredo Sauvalle y Gil de Avalle, (entonces residentes todos en Cartagena) eran sus principales accionistas, firmaban un acuerdo por un período renovable de cinco años. Se integraban así en la nueva compañía: The Esparto Fibre Company Limited.
Athorpe & Barker, fue fundada el 27 de Noviembre de 1872 por los socios, Marmaduke Athorpe Fitzgibbon, natural de Dinnington y con oficina de representación en Alicante, y Frank Cowlin Barker, que ejerció el cargo de director gerente de la sociedad, y con oficina de representación en Cartagena y Águilas.
La compañía tuvo como primeros directores a John Carolus Stirling, William Hope, Frank Cowlin Barker, Daniel McNaughton, Anthony Morris y Ernest A. de Paiva. Esta empresa mantuvo su nombre aún después de integrarse en The Esparto Fibre Company Limited, hasta que fue disuelta el 14 de Agosto de 1884, siendo MacLean y Hope los responsables de su liquidación. Algunos de sus accionistas continuaron su andadura en otra nueva compañía: The Esparto Trading Company Limited.
Uno de los principales accionistas de la antigua Athorpe & Barker, con oficina de representación en Águilas, fue Alfredo Sauvalle y Gil de Avalle, importante hombre de negocios de origen cubano, además de ser un importante e influyente político.
A partir de Enero de 1876, Alfredo Sauvalle se convertiría en apoderado y representante en Águilas de la recién creada The Esparto Fibre Company Limited. Su hermano Jacobo, militar retirado, también sería otro importante agente de espartos y minas en Águilas, especialmente tras la muerte de su hermano Alfredo, ocurrida en 1878.
The Esparto Fibre Company Limited fue finalmente registrada el 9 de Enero de 1874, siendo domiciliadas sus oficinas en Londres.
El relevo de Sauvalle como representante de The Esparto Fibre Company Limited llegó de la mano del inglés Frederick Howard Hawkes, quien residió temporalmente en Águilas hasta la quiebra de la compañía. Howard Hawkes era natural de Grantchester (Cambridgeshire) donde nació en 1841 y estaba casado con Natalia Gómez Porta, natural de Denia (Alicante).
El matrimonio Hawkes Porta residió algún tiempo en Águilas, aunque su domicilio habitual era Valencia. Mr. Howard Hawkes también se dedicó a la exportación de mineral de hierro, siendo propietario, entre otras, de las minas Las Maravillas y La Pepita en el Garrobillo. James Glover Fischer era su representante en Águilas. Glover estableció su residencia en Águilas alrededor de 1870, y fue uno de los ingleses que han dejado descendencia en Águilas hasta nuestros días.
La fábrica “Santa Natalia”, sería traspasada y vendida en Noviembre de 1882 por el testaferro José Moreno López a otro comerciante inglés de esparto, llamado Albert Elford Bishop, que era natural de Leskeard (Cornwall) donde nació en 1838. Mr. Elford residía en Orán (Argelia), ya que su compañía, Elford & Co., importaba indistintamente esparto argelino y español.
Otro importante comerciante de esparto afincado en Águilas a finales del XIX fue el escocés Alexander Malcolm, nacido en 1850 en Kenmore, Wandsworth-common, que se casó el 1 de Septiembre de 1881, con Gertrude Butterfield, natural de Camberwell.
Alexander Malcolm fundó el 9 Noviembre de 1888 en Cartagena, junto con el consignatario de vapores James Bernard Heywood (nacido en Sheffield en 1854 y casado con la madrileña Dolores Moreno, ambos residentes en Cartagena desde 1878 en la Calle Cuatro Santos, 26) la Sociedad Malcolm & Heywood. La empresa tenía por principal objeto “los negocios de compra venta de espartos”, impulsando así el vínculo comercial y marítimo entre Cartagena y Águilas.
Otro importante agente vinculado a esta compañía fue Maximiliam Jacobsen Doodt. Era prusiano, natural de Danzing, y estaba casado con Josefa Cabrera Barberán, hija de Ramón Cabrera, un lorquino dedicado a la minería en Águilas.
Por entonces un nuevo e importante espartero iba a llegar a Águilas para dar un nuevo impulso a este negocio: William McMurray Barber.
MacMurray era natural de Glasgow donde nació en 1807. Desde 1847 había logrado gran experiencia en la fabricación de fibra de papel en su molino de Esher, en Surrey.
El 2 de Diciembre de 1891 se registra la compañía MacMurray’s Royal Paper Mills Limited, con el objetivo de asegurarse el suministro de fibra de esparto para su nueva fábrica situada en Wandsworth, en el condado de Surrey. La compañía establece su domicilio social en South Street de Wandsworth, siendo sus principales directores y accionistas James MacMurray, Ellis Whittaker, Frank Green, J. Vezey Strong, William M. Intcher, John King Kenmore y J. H. Leworthy Caerdon.
Para ello el viejo y solterón MacMurray contó siempre con la ayuda de sus sobrinos, los MacFarlane.
En 1905 ya aparecían como accionistas de la compañía MacMurray’s Royal Paper Mills Limited dos de sus sobrinos, John MacFarlane y William MacFarlane. Éste último era propietario de un periódico en Wandsworth.
Otros dos sobrinos, David y George, habían sido enviados mucho antes por tío MacMurray a Águilas y Cartagena para asegurarse la calidad de la materia prima para fabricar el papel.
En Águilas el esparto era almacenado y supervisado para su embarque por David McFarlane MacMurray, soltero y que contaba entonces con veinticuatro años. Él será el responsable de realizar la compra, en Octubre de 1877, de la emblemática fábrica de esparto que construyó Frederick Howard Hawkes, la “Santa Natalia”, frente al actual Club Náutico de la Playa de Levante.
En Cartagena el esparto empezó a ser supervisado por George Mac Farlane, de unos treinta años y casado (en Perth, Scotland, 10 Noviembre de 1871) con Margaret Anne Stewart, hasta que en 1880 trasladaron también su residencia familiar a Águilas. Con anterioridad, el agente de MacMurray en Águilas había sido Owen Dickins Wright, casado con Jessy E. Barnett, quienes a partir de 1878 vivieron en la fábrica.
Mac Murray’s Royal Paper Mills Limited continuó su actividad económica hasta que el 15 de Agosto de 1930 solicitó la disolución de la compañía.
Por entonces, ya a principios del siglo XX, Norman MacLean MacColl, otro escocés, nacido en Glasgow el 5 de Marzo de 1860, había tomado el relevo como el último de los principales exportadores británicos de esparto de Águilas.
Mac Lean estaba casado con Jessie Stephens, nacida en Birkenhead, y llegó a convertirse en un hombre muy respetable e influyente en los negocios locales. Llegó al pueblo en los años 80, ya que fue nombrado pro-cónsul de Águilas el 21 Marzo de 1889, como ayudante del vicecónsul Thomas Hillary Naftel.
En 1894, cuando tenía 34 años, MacLean aparece ya en el censo municipal como representante de la compañía exportadora de esparto M de Levy & sons, convirtiéndose enseguida en presidente y socio principal de Puttfarken & Norman, cuya fábrica y almacén de esparto estaba situada en la Playa del Bol.
En un principio MacLean vivió en una casa solitaria, llamada “Miramar”, situada en lo alto de un monte dominando la Playa de El Hornillo. Trasladó su residencia a la oficina consular en la Plaza de la Constitución, donde nacieron la mayoría de los hijos del matrimonio: Marjorie, Sheila, Kenneth Stephens, Elspeth y Fritzroy Donald.
En 1902, compró los terrenos situados entre la estación del ferrocarril y la playa, donde se hizo construir una hermosa casa de dos plantas (una de las pocas de estilo inglés que se conservaban hasta hace unos meses en Águilas). La casa estaba vinculada a las dos fábricas y almacenes de espartería de su propiedad, “La Constancia” y “Santa Elena”. Frente a ellas había dos pequeños embarcaderos de madera desde donde se realizaban las operaciones de carga de esparto a los vapores fondeados en la bahía de Levante. Todo ello situado a un lado de lo que hoy es el Club Náutico.
Uno de los más populares personajes del más reciente comercio del esparto en Águilas fue el escocés John Gray Watson.
Al parecer Juan Gray, como le gustaba llamarse y firmar los documentos era natural de Aberdeen, donde nació en 1862, llegando a Águilas alrededor de 1890, apareciendo en el censo municipal de 1892 con residencia definitiva.
Estaba casado con Mary Eugene Smith, y no tuvieron descendencia.
Trabajó en el comercio del esparto asociado al escocés Alexander Malcolm y a Raimundo Ruano Blázquez, al cual compró en 1904 una de sus más importantes fábricas de esparto, la llamada “Virgen del Pilar” en la bahía de Levante. Rebautizada con el nombre de “La Motivadora”.
En Junio de 1902 formó la Sociedad “Juan Gray y Compañía”, siendo registrada en Murcia en Mayo de 1904. El objeto de la sociedad era el negocio de Banca, abriendo sucursales en Águilas, Lorca y Cuevas de Almanzora. Estaba integrada por los siguientes socios:
" John Gray (Watson), antes residente en Aberdeen, Branchard Juniper Green.
" Arthur Borthwick, antes residente en Palmerston Place, 35, Edimburgo.
" Hughs Pakenham Borthwick, antes residente en Palmerston Place, 35, Edimburgo.
Aunque Gray aportó 2.000 libras y los hermanos Arthur y Hugh, 5.000 cada uno, los estatutos recogían que los socios participarían de idénticas ganancias y pérdidas.
El principal socio y amigo de Juan Gray era Hugo Borthwick, a quien le vendió en 1904 la isla del Fraile, que Gray había comprado anteriormente en subasta pública del Estado en Diciembre de 1899, por ciento noventa pesetas. Esta venta levantó un gran revuelo en la opinión pública, sobre todo por los artículos que escribió el provocador periodista y poeta José Martínez Parra en el periódico de tirada nacional “La Correspondencia de España”, tratando el asunto como un segundo Gibraltar.
Juan Gray, era un hombre afable, de gran personalidad y extraordinaria elegancia. Enfundado en un estrambótico traje de color verde y con la ayuda de su bastón daba largos paseos por los alrededores de Águilas. La prosperidad inicial en los negocios y su afición por los eventos culturales y socio-deportivos (era muy aficionado a la caza), fue determinante para dejar a esta bella ciudad portuaria su más preciada e inolvidable herencia: la creación de uno de los primeros equipos de foot-ball en España.
Haciendo gala de sus orígenes (no olvidemos que fueron los escoceses los primeros en jugar un partido de football) organizó partidos en las inmediaciones de su fábrica, enseñando las reglas del juego y entrenando a algunos de sus empleados. Junto con el director del ferrocarril Lorca-Baza-Águilas, George Lee Boag (Presidente honorífico), fundó la “Sociedad deportiva” (“Sporting Club”), que también presidió.
Los británicos, junto con el escocés Norman Mac Lean, fueron los principales accionistas del club deportivo, con 5 acciones, 15 acciones y 3 acciones respectivamente. Los demás socios fueron aguileños vinculados a la colonia británica: Pedro Calero Luanco (Vice Presidente, 1 acción), Salvador García Cortés (contable, 1 acción), Joaquín López Morales (Secretario, 1 acción), Manuel de Larrea Carmona (tesorero, 1 acción), Juan Romera Periago (vocal, 2 acciones) y Juan Larrea Carmona (vocal, 1 acción).
En su equipo alineó y entrenó a británicos y locales para organizar lo que sería un magnífico e imbatible equipo de balompié.
Naturalista de excepción, demostró en numerosas ocasiones su amor y aprecio por la fauna y la flora de nuestra tierra, que le llevó a comprar pequeños animales, fósiles y plantas autóctonas, quién sabe si para una colección particular o para enviarlas a algún colega escocés.
Como activo explorador, buen conocedor de los principios escultistas de Baden-Powell, propició junto a su compatriota también afincado en Águilas, el ingeniero y Jefe de tracción de la Compañía del ferrocarril, Sidney Ogilvie Browne (conocido en el pueblo como Juan Browne), los contactos con la tropa de Cartagena, culminando con la fundación de la Tropa de Exploradores de Águilas el 7 de febrero de 1914.
En Julio de 1917 fue nombrado vocal de la agrupación y en Julio de 1919, presidente.
Juan Gray Watson y su esposa vivieron en Águilas hasta que un buen día desaparecieron para siempre, sin dejar el más mínimo rastro.¡Qué gran aguileño este escocés!
Águilas y la minería
Durante la ocupación napoleónica (1796-1808), las compañías francesas y belgas tuvieron la total exclusividad para explotar las minas del territorio
español. Pero la Guerra de la Independencia (1808-1812) permitirá la llegada de otras compañías extranjeras, principalmente inglesas, alemanas y danesas.
En el año 1825 se promulgó el primer código minero recogido en la ley del 4 de Julio de 1825, conocida como ley de El Huyar, que liberalizaba la explotación
minera, autorizando por un lado la adquisición de pequeñas propiedades para su explotación, y permitiendo por otro, la exportación y comercialización por
parte de establecimientos extranjeros.
En 1826 se reorganiza la Junta de Minas con el nombre de Dirección General de Minas, en 1833 se crea el Real Cuerpo de Ingenieros de Minas; y en 1835 se crean las Subdelegaciones de Fomento para gestionar todo lo relativo a concesiones, registros, demarcaciones y policía (inspección) de minas.
La activación de la minería en el Sureste de España se inicia alrededor de 1830, con la explotación de los escoriales y las minas abandonadas de plomo (galena argentífera), al igual que ocurrirá en la Sierra de Gádor y seguidamente en la Sierra Almagrera, ambas en la provincia de Almería.
La liberalización de la explotación de los criaderos a partir de 1827 motiva el establecimiento de una metalurgia paralela a la extracción. Estaba dedicada exclusivamente a la obtención del plomo sin elaborar que se exportaba en forma de barra a los mercados franceses e ingleses.
Esta actividad metalúrgica comenzó en la sierra en forma de pequeñas fundiciones, llamadas boliches. Estos hornos u hornillos, iniciaron su actividad empleando como combustible el esparto y los árboles del entorno. La Real orden de 4 de Marzo de 1832 establecía la franquicia de derechos de exportación del carbón piedra, reglando, además, su importación del extranjero y su comercio interior.
Ello motivó la construcción de grandes fábricas de fundición en ensenadas y playas en la costa almeriense y murciana, donde era más fácil depositar tanto el carbón desembarcado para las fundiciones como el mineral bajado de las sierras y destinado a ser fundido.
En 1840 en Almería y Adra había 5 fundiciones; en Cuevas y Vera, 12 fundiciones; en Águilas, 4; en Mazarrón, 1; y en Cartagena, 2.
Las fábricas de fundición de Águilas beneficiaron la mayoría de los plomos de la Sierra Almagrera.
Veamos en este cuadro comparativo la producción de plata (en marcos alemanes) durante los cuatro primeros meses de 1848 en el Levante español:
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Almagrera:
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Fundición “Carmelita” de Cuevas
Fundición “Concepción” de Vera
Fundición “Encarnación” de Cuevas
Fundición “Tres Amigos” de Vera
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7.521 marcos
2.262 marcos
3.545 marcos
1.413 marcos |
TOTAL 14.741 marcos |
Águilas:
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Fundición “Iberia” de Águilas
Fundición “San José” de Águilas
Fundición “Unión” de Águilas
Fundición “Virgen del Pilar” de Águilas |
458 marcos
4.071 marcos
3.151 marcos
2.010 marcos |
TOTAL 9.690 marcos |
Cartagena:
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Fundición “Orcelitana” de Cartagena
Fundición “San Isidro” de Cartagena
Fundición “San Jorge” de Cartagena
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362 marcos
3.151 marcos
2.010 marcos |
TOTAL 3.413 marcos |
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Por otro lado, la Jefatura de Minas del distrito de Berja, que había sido creada en 1835, y abarcaba las provincias de Granada y Almería, tuvo que ser trasladada a Adra, en vista de la auténtica fiebre minera que sufrió la comarca desde el año 1839.
Pero Adra no era capaz de evacuar tal cantidad de solicitudes de registro. La Real orden de 27 de Noviembre de 1840 establecía con sede en Águilas una nueva Jefatura de Inspección de Minas, que abarcaba la Sierra Almagrera y la provincia de Murcia.
Al año siguiente, por motivos inexplicables, dicha Jefatura se traslada a Lorca, pero la inconveniencia del emplazamiento motivaría, en 1846, una Real orden para que volviera a Águilas. Allí permanecerá una década más, hasta que esta Jefatura sea trasladada definitivamente a Murcia en 1856.
Por tanto, si Águilas había iniciado alrededor de 1830 su protagonismo en la minería contemporánea como enclave metalúrgico, se convertía ahora, en 1840, en la cabeza del distrito minero más importante de España.
El cierre de los puertos franceses por las revueltas políticas de 1848, las protestas de los mineros de Almería y Murcia por la pérdida de ganancias en el laboreo de las minas y las quejas de los fundidores nacionales por los elevados costes del combustible de los hornos, iniciarán la crisis del plomo.
Las fundiciones Unión y la Constancia, ubicadas en la Playa del Bol en la Bahía de Levante, habían dejado de funcionar en 1851, según informó Anselmo Sánchez Tirado en su “Memoria sobre el estado de la minería en la provincia de Murcia durante el año de 1859” (publicada en 1862); y la Virgen del Pilar (también en la bahía de Levante), la San José y la Iberia (en la de Poniente), lo harían pocos años después. A partir de 1862, ninguna salida de plata se consignó desde el puerto de Águilas en las estadísticas de comercio exterior y de cabotaje. La desplatación había dejado de ser rentable y las fábricas de fundición empezaban a cerrar.
España, después del desastre de 1898, todavía no había iniciado la Revolución Industrial que otras potencias europeas ya habían comenzado, lideradas por Gran Bretaña. La falta de estímulos para la inversión de la clase dirigente y la burguesía española, carente de una mentalidad capitalista (ya que pretendía vivir de las rentas o de la adquisición de bienes desamortizados que generaran beneficios inmediatos), apenas se atrevían a arriesgar su capital en proyectos industriales parciales, tales como construcciones de líneas de ferrocarril o explotaciones mineras. En cualquier caso, todavía no existía en España una legislación amplia y suficiente que favoreciera o fomentara la inversión en estos ámbitos.
La falta de infraestructuras retrasaba el ansiado desarrollo industrial de nuestro país. Con la Ley General de Carreteras de 1851 y la Ley General de Ferrocarriles de 1855, España empezaba a adoptar las medidas necesarias que favorecerían la inversión, aunque buena parte del capital procedería del exterior, principalmente francés y británico.
Ya en 1815, los productos ingleses tenían prefigurados su mercado occidental de expansión en la América española, por lo que toda la política exterior británica apuntará hacia ese objetivo trasatlántico.
En 1872, la exigua producción de las minas ricas del Jaroso y los elevados costes provocados por el desagüe de los filones, provocan el embargo y traspaso de la Sociedad anónima de plomos argentíferos de Almagro y Almagrera, a su principal acreedor, cambiando el nombre por el de Sociedad Minera de las Sierras de Almagro y Almagrera. Se constituyó el 28 de Febrero de 1875 en París, siendo uno de sus principales accionistas Luis Figuera y Silvela, ingeniero de minas, senador e influyente hombre de negocios.
Figuera constituirá el 31 de Julio de 1878, junto con Georges August Edouard Le Roy, la sociedad denominada Figuera Le Roy y Compañía. Societé des Mines et Usines d’Águilas. Poco después, el 22 de Marzo de 1879, se hacía con la concesión de las obras de mejora del puerto de Águilas. Dichas obras eran para este ingeniero la primera piedra de un personal y ambicioso proyecto con el que pretendía vincular el complejo minero-metalúrgico de nuestro pueblo costero con la Sierra Almagrera a través de un ferrocarril de vía estrecha.
El señor Figuera creó por su parte, el 30 de Julio de 1879, la Sociedad Compañía del Puerto de Águilas, en adelante conocida con el nombre abreviado de Compañía de Águilas. La Compañía de Águilas tendrá una importante y poderosa presencia en la explotación y beneficio de minas en Bédar, Águilas y Mazarrón.
En Águilas, Silvela se hizo, en 1884, con la fábrica de fundición Iberia, que se convertiría, junto con la Franco Española de Cartagena, en las dos fábricas de fundición más grandes de la provincia de Murcia en la década de los 80.
La principal explotación de la Compañía de Águilas se localizará en el llamado Socavón de Pinilla. Al otro lado de este enorme macizo montañoso, en la Cuesta de Gos, otra empresa de capital inglés, la Reyna Mining abrirá sus galerías entrando en competencia directa con la Compañía de Águilas.
Minería inglesa en el Sureste de España
La inversión británica había llegado a España a mediados del siglo XIX como respuesta a la incapacidad de la siderurgia vasca para afrontar la construcción del ferrocarril como complemento para su explotación, lo que facilitaría más tarde el desarrollo de la minería del hierro.
Al mismo tiempo, se estaban instalando en el Norte de España varias compañías siderúrgicas inglesas: Orconera Iron Co. Ltd., Somorrostro Iron Co. Ltd. la Bilbao Iron Ore Co. Ltd., Luchana Mining Co. y Parcochea Iron Co.
El total de inversiones británicas en el distrito minero de Bilbao entre 1871 y 1875 fue de 4.519.724 libras (112.993.100 pesetas). La mayor parte se destinó a la construcción de ferrocarriles y embarcaderos adecuados a las operaciones de transporte y embarque de mineral. En todas estas compañías habían concurrido importantes hombres de negocios bilbaínos (Ybarra o Chávarri) y británicos (MacLennan, MacLeod, Levyson, etc.).
En 1860 se había creado en Londres la Lagunazo Sulfur and Copper Company Ltd. para la explotación del mineral de cobre en Huelva, convertida en 1866 en Glasgow en la Tharsis Sulfur and Copper Mines Co. Ltd., lo que significó el pistoletazo de salida para que sociedades inglesas y escocesas obtuvieran concesiones para la explotación minera que hasta entonces había estado fundamentalmente en manos de compañías belgas y francesas. La presencia de compañías británicas en Linares y Rio Tinto (Huelva), propiciaría que los estudios y prospecciones geológico-mineros se desplazaran hacia el Este peninsular en busca de nuevos criaderos.
En 1875 agentes de minas británicos ya operaban en la Sierra del Aguilón, en la Sierra de Enmedio o en la Cuesta de Gos. Fue en esta época cuando empezó a registrarse la presencia de una colonia británica en Águilas asociada al esparto, la minería y el ferrocarril.
Alrededor de 1870, se habían instalado en Cartagena una serie de comerciantes y agentes de minas extranjeros que iban a hacer frente a la crisis del plomo y la revolución cantonal de 1873, estableciendo las bases de lo que iba a ser la nueva explotación de mineral en los siguientes años.
Richard William W. Barrington, nacido en Irlanda en 1832, que residió primero en Águilas y luego en Cartagena, se asoció a Francis H. Leathley Holt, para formar la compañía Barrington y Holt con el objeto de adquirir y explotar minas, así como para la compra-venta de toda clase de minerales.
Julio C. Walker Daglish, natural de Newcastle, nacido en 1838, soltero, llegó a Cartagena en 1870 y se asoció en numerosas ocasiones con el comerciante cartagenero Juan Jorquera Martínez, dedicándose a la compra-venta de minerales.
Bernard Heywood, natural de Sheffield, donde nació el 25 de Mayo de 1854, fue otro importante comerciante minero y consignatario de vapores. Llegó a Cartagena en 1879, donde el 9 Noviembre de 1888 fundó en Cartagena, junto a su socio Alexander Malcolm, nacido en 1850 en Kenmore, Wandsworth-Common y residente en Águilas, la Sociedad “ Malcolm & Heywood”, dedicada a “los negocios de compra venta de espartos, comisiones, consignaciones, tránsitos a que todo ello pueda dar lugar”.
Joseph Bowron Moss, William Stephen Orchardson y John Gray Clark, cuyos negocios culminarán con la creación de las Sociedades para la explotación de minas de hierro en la diputación de Perín.
John Gray Clark, era natural de Aberdeen, donde había nacido en 1846. Llegó a Cartagena alrededor de 1874, como agente de minas y del comercio de espartos. Asociado al recién nombrado vicecónsul inglés, William Milvain Davidson, fundó el 8 de Enero de 1877, la sociedad Gray & Milvain Company Limited para el “ fletamiento, corretaje de embarcaciones y consignaciones de buques” en Cartagena.
William Milvain Davidson, era natural de Newcastle on Tyne, donde había nacido en 1846. Había ejercido como Vicecónsul británico en Águilas desde 1869 a 1874. Su predecesor, el cónsul inglés en Cartagena, Edmund J. Turner -uno de los más activos de todo el arco Mediterráneo- había pedido el traslado al Consulado de la Coruña días antes de iniciarse el alzamiento cantonal. El vice-cónsul inglés en Águilas, William Milvain, que ocupaba el cargo desde 1869, se apresuró a solicitar la vacante.
La muerte de William Milvain el 18 de Enero de 1895, dejó vacante un codiciado puesto. John Gray lo solicitó por derecho, ya que había estado ejerciendo junto a Milvain como procónsul desde el 30 de Junio 1891. Su solicitud compitió también con la que hizo Thomas Hilary Naftel, entonces vicecónsul británico en Águilas desde el 23 de Mayo de 1874.
Finalmente, el puesto de vicecónsul fue cubierto por John Clark Gray en 1895.
Pero ¿cuándo se inicia la presencia inglesa ligada a la explotación minera en Águilas?
Compañías mineras inglesas en Águilas
El Diario de Murcia de 28 de Julio de 1889 publica un extracto de la Memoria leída ante la Asociación inglesa del Comercio de hierros, en la que decía que “Podrían dividirse en 7 grupos las minas del Sur de España, a saber:
1. Cartagena y Portman,
2. Parazuelos,
3. Águilas,
4. Garrucha y Bédar,
5. Almería,
6. Málaga y Marbella y
7. Calasparra y Cehegín.
(…) De los 7 distritos mencionados se considera el de Águilas como el de más porvenir. Porque el distrito por explotar de Sierra de Enmedio dista unas 9 millas de Águilas y contiene los más sorprendentes criaderos a la superficie cual jamás se han visto en España, sin exceptuar las minas de Somorrostro. Los ensayos hechos de estos minerales contienen 51 por ciento de hierro, 0’12 de fosfato y 1 por ciento de sílice. Podrían ponerse a 15 dineros tonelada, y un ferrocarril hasta el puerto costaría poco por cuanto el recorrido no es accidentado. La opinión del orador era que hacía falta un ferrocarril en vías de construcción que pasaría por Sierra de Enmedio. Sus minas cuentan con la gran ventaja de tener Águilas un puerto de primera donde pueden cargar buques de cualquier calado, resguardados de todos los vientos. (…)
Fletes. Expuso también mister Smith el temor de que los fletes fuesen más crecidos en el Sur de España que en Bilbao por la mayor distancia. Podía asegurar, sin embargo, que prácticamente durante muchos años ha fletado del Sur de España y de Bilbao, y que los puertos de Cartagena, Águilas y Almería habían sido más bajos. Nominalmente aparecían más elevados, pero como quiera que miles de vapores iban al Sur cargados de carbones, el retorno les convenía siempre a cualquier precio y esto hacía descender la cotización”.
Todavía hoy podemos escuchar a octogenarios de la Cuesta de Gos pronunciar con vehemencia y acento aguileño las palabras “reina miní”, refiriéndose a la primera compañía inglesa que inició a gran escala las labores mineras en tierras aguileñas: La Reina Mining. En este bellísimo y encantador paraje, todavía a salvo de la especulación inmobiliaria, nacieron y vivieron varias generaciones de mineros, que sufrieron, todo hay que decirlo, unas duras condiciones de vida y de trabajo, hoy día inaceptables, que a buen seguro marcaron de forma indeleble, el carácter y la impronta de aquellas gentes. Paco Rabal, el inmortal y universal actor aguileño, como todos sabemos, fue hijo de minero de la Cuesta de Gos.
Aunque en Águilas ya había habido varios agentes de minas ingleses, como Thomas Frederick Howard Hawkes, Owen Dickins Wright o James Glover Fisher, la primera compañía minera que se estableció en Águilas como tal, fue La Reyna Mining Company Limited.
En Julio de 1880, el joven ingeniero de minas Percival Fowler Broadbent, entonces con 25 años, inició las primeras compras de minas en estos parajes, haciéndose también con los derechos de explotación de otras. La mina de mayor importancia en arrendar fué la llamada San Bartolomé, de 1 pertenencia de las antiguas, es decir 41.929 metros cuadrados, donde se iniciaría la excavación de la galería principal.
La Sociedad La Reyna Mining Company Limited fue registrada en Noviembre de 1880 y tenía su domicilio social en el número 2 de la Queen Square Place, de Londres. Figuraban como administradores:
Edward Woods, ingeniero de 66 años, residente en Londres
Richard Peacok
Henry Nelson. |
Charles Wetherell Wardle, ingeniero de 59 años, residente en Leeds
John Fraser |
Como primer presidente de la compañía actuó uno de los principales accionistas, el prestigioso ingeniero y arquitecto inglés John Fowler, y como primer secretario James Danford Baldry, de 72 años, residente en Londres.
Baldry era un versado ingeniero con experiencia probada en la construcción y mantenimiento del East Lincolnshire Railway.
A partir de 1853, Baldry participó en la construcción del Oxford, Worcester & Wolverhampton Railway, formando parte ya desde entonces del equipo de Fowler, con quien, a partir de 1881, abordaría importantes trabajos de ingeniería ferroviaria: la construcción del Severn Valley Railway, el Craven Arms-Much Wenlock Railway, el tramo de Coalbrookdale y el Isle of Wight Railway. Y desde ese mismo año, aparecerá asociado a Fowler en negocios mineros.
Por acuerdo de la Junta, el 20 de Septiembre de 1880, se nombraba único representante de La Reyna Mining Company Limited en Águilas y España a Percival Fowler Broadbent, hijo de John Fowler.
La Reyna Mining Co. Ltd. sería registrada en el Reino Unido el 11 de Enero de 1886, estableciendo su capital nominal en 50.000 libras, divididas en 5.000 acciones de 10 libras cada una. Por entonces, la Junta de administración se había reducido considerablemente, mostrando un accionariado más escocés que inglés:
Richard Peacock, ingeniero mecánico de Manchester
John Fowler, ingeniero civil inglés, por entonces, actuaba como Secretario Samuel Morgan. |
William Pilckington, fabricante de cristal, de Liverpool |
En un principio, el director de la explotación fue el veterano ingeniero civil inglés James Danford Baldry, quien probablemente residió en la Cuesta de Gos.
Percival Fowler Broadbent fue el ingeniero de minas asistente de la explotación, junto con el veterano ingeniero Edward Woods (quien también sería, más tarde, accionista de la compañía inglesa de ferrocarril de Murcia a Granada). Ambos ejercieron in situ como administradores de la compañía.
Valiéndose del experimentado agente de esparto y minas James Glover Fisher, establecido en Águilas desde hacía ya varios años, las primeras minas que adquiere la compañía fueron la Martica, en la Umbría de Lomo de Bas, diputación del Barranco de los Asensios, y la Juanita, en la Solana del Barranco de Pinilla, diputación del Garrobillo.
En Agosto de 1883 llega a Águilas, a la Cuesta de Gos, el ingeniero inglés Gustave Gillman Bovet, quien fue nombrado por Percival Fowler Broadbent director de perforación del Socavón de la Reina, una importante galería subterránea de varios kilómetros que se había iniciado en 1881 y que atravesaba las minas Eloína y San Bartolomé. Gillman estará al frente de la explotación hasta la primavera de 1888, en que es contratado como ingeniero para las obras de construcción del ferrocarril.
A Gillman le sucedió en 1888 el ingeniero de minas Thomas Federick Hosking Polglaze, natural de St. Blazey (Cornwall), quien residió en la llamada Casa Grande de la Cuesta de Gos. Hosking se valió de un importante hombre de negocios mineros, el agente Anselmo Bañón Martínez, de Murcia, a quien nombró apoderado de la compañía.
Otra compañía minera británica conocida por todos en Águilas, fue The Bacares Iron Ore Mines Limited, que era escocesa. Su nombre se hizo muy popular en el pueblo con el paso de los años, aunque el mineral extraído procedía de las minas situadas en el término municipal de Serón (Almería) y algunas, muy pocas, en el de Águilas.
La Compañía The Bacares iron Ore Mines Limited fue inscrita el 24 de Mayo de 1899 en Glasgow, y surgió de la compra de otra de nacionalidad belga, llamada Bacares Almeria & extensions, Compagnie des Mines, fundada en 1887 por el Conde de Caserta, y cuya intención primera era la de construir un ferrocarril minero desde Serón a Almería atravesando la Sierra de los Filabres.
El capital social de The Bacares Iron Ore Mines Limited era de 125.000 libras, divididas en 12.500 acciones de 10 libras cada una. Los principales accionistas eran:
John Charles Cuningham, residente en Glasgow, comerciante de mineral de hierro.
Peter MacDonald, residente en Greenholm, Langloan, Coatbridge, Secretario.
John Sutherland, residente en Lochwiver, Dumbett Avenue, Coatbridge, Contable.
Robert Allan, residente en Tinto View, Uddingston, Administrador de una carbonera.
William Brotchie, residente Crosshill, Glasgow, Secretario delegado.
James Mackintosh, residente en Glasgow, Secretario.
Frederick Gordon Mackillop, residente en Glasgow, Procurador. |
La nueva compañía escocesa estableció sus oficinas definitivamente en Águilas, amparada en el proyecto de ferrocarril de Murcia a Granada.
El entonces director de la Compañía del ferrocarril en Águilas, Gustavo Gillman, realizó un excelente y pormenorizado estudio exponiendo la rentabilidad de la explotación del grupo de minas de la Sierra de Bacares. Gillman aconsejaba la construcción de un ferrocarril aéreo o vagones suspendidos entre el grupo de minas en la Sierra de Bacares y la estación de Serón.
De esta forma, Gillman se convertía en el representante en Águilas de The Bacares Iron Ore Co. Ltd, de la The Great Southern of Spain Railway Co. Ltd, (conocida como el ferrocarril de Lorca-Baza y Águilas) y de The Hornillo Co. Ltd. para la construcción del embarcadero del mismo nombre.
Por Real orden de 12 de Noviembre de 1902 el Gobierno autorizaba construir dos líneas de ferrocarril aéreo: Manzano y Cortijuelo. El cable del Manzano, de unos 14 kilómetros en total, tenía tres ramales, uno a las tolvas Los Leones y Buenavista; otro a las tolvas Pastora y Menas; y un tercero a la tolva Santa Catalina. El Cable Cortijuelo, de unos 14 kilómetros también, tenía dos ramales: uno a la tolva Menas y otro ramal a las tolvas San Ignacio y Francia.
A pesar de que la explotación minera se había iniciado con buen ritmo, la Compañía Bacares adeudaba beneficios a los accionistas, y para paliar esta situación el 21 de Febrero de 1905 concedió poderes de representación al ingeniero Robert Graham Ewer, entonces de 38 años, casado y vecino de Águilas, y al abogado y notario Enrique Borrel Mateo, vecino de Madrid. Estos poderes se extendieron al también abogado Isidoro de la Cierva y Peñafiel, en Murcia el 4 de Agosto de 1905.
No será hasta el año 1908 cuando la compañía inicie la explotación minera a gran escala. Dirigida entonces por Noel Christian Livingstone Learmonth, residente en Gillingham (Dorset), era su representante en España, y con residencia en Serón era el director de la explotación (iron master) John Charles Cuningham, de Glasgow, y posteriormente Archibald Russel, siendo el ingeniero director de las explotaciones el ingeniero aguileño Rafael Marín García.
En diciembre de 1918 la compañía se refundó en otra bajo el nombre de Bacares-Seron Ropeways Limited y mantuvo su domicilio social en el número 32 de Victoria Street de Londres, transfiriendo las 19.993 acciones de la Bacares Iron Ore Mines Limited a la nueva compañía, que tenía 2.000 acciones. Se convirtieron entonces en directores de la compañía los escoceses, el Barón Sir Faber Edward Johnson Ferguson y Louis Gardiner Paerson, ambos residentes en Springkell y The Linn, Johnstone, respectivamente. El resto de los accionistas eran también de de origen escocés, repartidos entre Newmains (Lanarkshire), de Glasgow y de Leeds.
En Abril de 1920 la Compañía traslada su domicilio social a Almería.
Los negocios de esta compañía no debieron de ir demasiado bien ya que en agosto de 1929 el Tribunal Superior de Justicia inglés autorizó una reducción del capital, pasando de 135.000 libras (divididas en 13.500 acciones de 10 libras cada una) a 108.000 libras (divididas en 13.500 acciones de 8 libras cada una). En Enero de 1930 una nueva orden confirmaba esa reducción de capital, que no tenía otro objeto que liquidar las numerosas deudas que acumulaba la compañía.
Águilas y el ferrocarril
La inversión británica llegó a España a mediados del siglo XIX como respuesta a la incapacidad de la siderurgia vasca para afrontar la construcción del ferrocarril como complemento para su explotación, lo que facilitaría más tarde el desarrollo de la minería del hierro.
Al mismo tiempo, se estaban instalando en el Norte de España varias compañías siderúrgicas inglesas: la Orconera Iron Co Ltd., la Bilbao Iron Ore Co Ltd., Luchana Mining Co y Parcochea Iron Co, en competencia con la Societé Franco-Belga des mines de Somorrostro.
El total de inversiones británicas en el distrito minero de Bilbao entre 1871 y 1875 fue de 4.519.724 libras (112.993.100 pesetas). La mayor parte se destinó a la construcción de ferrocarriles y embarcaderos adecuados a las operaciones de transporte y embarque de mineral.
En todas estas compañías habían concurrido importantes hombres de negocios bilbaínos (Ybarra o Chávarri) y británicos (MacLennan, MacLeod, Levyson, etc.).
No olvidemos que el primer concesionario de la línea de Murcia a Granada y ramal a Águilas, Edmund Sykes Hett, operaba en Brasil y más tarde en Bilbao antes de traer el ferrocarril hasta Águilas. Pero también hubo otras compañías británicas que construyeron líneas de ferrocarril para el transporte de otras mercancías, como el ferrocarril de Alar del Rey a Santander (1852-1857) o el West Galicia Railway (1886-1899). En ambos estuvo involucrada la Compañía de James Levyson, que más tarde se encargaría de diseñar el Embarcadero del Hornillo bajo la supervisión de Gustavo Gillman, y a quien más tarde contratarían para sus trabajos en Brasil.
En 1860 se había creado en Londres la Lagunazo Sulfur and Copper Company Ltd. para la explotación del mineral de cobre en Huelva, convertida en 1866 en Glasgow en la Tharsis Sulfur and Copper Mines Co. Ltd. La presencia de compañías británicas en Linares y Rio Tinto (Huelva), propiciaría que los estudios y prospecciones geológico-mineros se desplazaran hacia el Este peninsular en busca de nuevos criaderos.
En 1875 agentes de minas británicos ya operaban en la Sierra del Aguilón, en la Sierra de Enmedio o en la Cuesta de Gos. Fue en esta época cuando empezó a registrarse la presencia de una colonia británica en Águilas asociada al esparto, la minería y el ferrocarril.
Ferrocarril para Águilas
El 16 de Marzo de 1882, el Ministerio de Fomento concedió a la “Compañía del Puerto de Águilas” la concesión de un ferrocarril de vía estrecha que partiendo de Águilas, se bifurcara en puerto de Grima en dos ramales, uno hacia Sierra Almagrera y otro hacia Lorca.
El 25 de Octubre de 1882, Jacinto Alcaraz Carcaño, en representación de Félix Parent, apoderado general de la “Compañía de Águilas”, compañía de capital francés concesionaria del proyecto, levantaba solemnemente acta de las obras y trabajos que tenía establecidos en el sitio nombrado El Rubial, diputación de El Cocón, para la construcción de dicho ferrocarril. El ingeniero director de la obras era Alfredo Coullant Boutecille, que al frente de varios empleados y capataces, ante la mirada atenta de las autoridades locales y de una nutrida concurrencia de aguileños, realizaron tareas de explanación del terreno, inaugurando así las obras del proyecto de un ferrocarril que, por cierto, nunca sería terminado. Ya por entonces otro proyecto de línea ferroviaria mucho más ambicioso, que también incluía a Lorca en su itinerario, iba de boca en boca: el ferrocarril de Murcia a Granada. Edmund Sykes Hett fue indudablemente, uno de los principales artífices de la llegada del ferrocarril a Águilas y su consecuente desarrollo socioeconómico.
Hett encontró en España el país con más futuro en la construcción de ferrocarriles mineros, por lo que no dudó en realizar varios viajes por nuestra geografía para estudiar las cuencas mineras con más posibilidades.
Fue en Bilbao y Santander donde participó en varios proyectos de construcción de ferrocarriles y embarcaderos de mineral y carbón.
Por entonces Sykes Hett ya había fijado su residencia en Leighton, Neston (Cheshire) y tenía dos hijas y tres hijos. Aunque por entonces él era ya un comerciante retirado, todavía seguía siendo un activo hombre de negocios.
El ingeniero inglés Gerard Philip Torrens se encontraba desde Junio de 1879 en Cartagena como director de la recién creada The Carthagena & Herrerías Steam Tramways Company Limited. La citada compañía tenía por objeto construir y explotar un ferrocarril minero del Rincón de San Ginés hasta Cartagena. Este era uno de los primeros proyectos de ferrocarriles mineros en el Levante español.
Torrens hablaba perfectamente español, y se convirtió en el más importante asesor de la época en materia de ingeniería ferroviaria en el Sur de España. Durante su estancia en nuestro país, tomó conciencia del gran potencial que tendría la construcción de un ramales ferroviarios que dieran salida y arrastre a los minerales de las ricas sierras almerienses y granadinas.
Torrens era uno de sus principales socios era Maurice Levyshon, quien tenía también intereses en negocios mineros de Bilbao y comercio de esparto en Cartagena. Levyshon había sido director general del Union Bank of Spain and England Ltd. En Marzo de 1884, la prensa regional recoge la noticia de la presencia de Hett en España en compañía de George Higgin Winfield.
La Real Orden de 17 de Noviembre de 1884 aprobaba el pliego de condiciones para la concesión de la construcción del ferrocarril de Murcia a Granada por Lorca. La concesión se haría efectiva si en el término de 15 días a partir de la publicación en la Gaceta de Madrid se ingresaba en la Caja General de Depósitos la fianza de 2.869.660 pesetas. La Real orden de 24 de Noviembre de 1884 anunciaba la celebración el 7 de Marzo siguiente de la subasta del ferrocarril de Murcia a Granada por Lorca. Según la prensa, a la subasta acudió el reconocido empresario de construcción ferroviaria, Jorge Loring, en representación de la importante casa inglesa de construcción de líneas ferroviarias Hett & Maylor Co. Ltd., cuyo principal accionista era Mr. Hett.
El 7 de Marzo de 1885 se celebró la subasta pública del proyecto de ferrocarril de Murcia a Granada y el día 12 del mismo mes era adjudicada su construcción al único concursante, Edmund Hett. Por Real orden de 12 de Marzo de 1885 el Gobierno le otorga la concesión para la ejecución, en un plazo de tres años, de la obra proyectada.En Marzo de 1885 también la prensa se hace eco de su presencia en nuestra tierra y el establecimiento en Lorca de las oficinas del ferrocarril en proyecto.
Finalmente el 24 de Mayo de 1885, Hett se hizo con la concesión del ferrocarril de Murcia a Granada por Lorca.
Sykes Hett, como buen comerciante de minerales y carbones, conocía muy bien las grandísimas posibilidades que encerraba un ramal que desde la línea general de Murcia a Granada, en el llamado Empalme (primero proyectado en Pulpí, y más tarde establecido en Almendricos) llegara hasta Águilas. Por ello no dudó en solicitar al mismo tiempo la construcción de un embarcadero de minerales en la bahía de El Hornillo, donde ya existía un pequeño puerto.
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Una vez establecidas las líneas generales de actuación y desarrollo del proyecto, Hett viajó a Londres con la concesión bajo el brazo y constituyó la compañía Hett & Maylor Company Limited, que es registrada el 10 de Junio de 1885, con un capital nominal de 250.000 libras, dividido en 2.500 acciones de 100 libras cada una. El accionariado de la compañía estaba formado principalmente por comerciantes e ingenieros, entre los cuales existía un importante vínculo familiar:
David Cooper Scott, comerciante
Henry Herbert Hett, comerciante
Thomas Alexander Yarrow, comerciante
John Maylor, ingeniero
Robert Mercer, ingeniero |
Edmund Sykes Hett, comerciante
Frederick John Yarrow, comerciante
Thomas Nicoll Leighton, comerciante
Alfred Fernández Yarrow, ingeniero
Jeffrey Inglis Leighton, comerciante |
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Más de la mitad de las acciones de la compañía estaban en poder de los cuatro primeros.
Mientras tanto, en España, el 8 de Junio de 1885, el Ministerio de Fomento autoriza la transferencia de la concesión del ferrocarril de Lorca a Águilas que Francisco de la Guardia y Durante hace a Roberto Roberts y Parry, ingeniero galés con domicilio temporal en Madrid. En Septiembre de 1885 Sykes Hett autorizó una importante adquisición de terrenos en Águilas.
Pero el 24 de Octubre de 1885 era registrada en Londres otra compañía con el rimbombante nombre de “ The Great Southern of Spain Railway Company Limited”, es decir “La Gran Compañía de ferrocarriles del Sur de España”.
Los primeros gentlemen que suscribieron con 100 acciones cada uno fueron:
David Davies, de Llandinam, Montgomeryshire.
Edward Hett, de Elsham, Kent, agente de inversiones colonial.
Robert Mercer, Brambley, Kent, ingeniero civil.
Alfred Fernández Yarrow, Poplar, Middlesex, ingeniero. |
Howard Webb, de Cardiff, explotaciones hulleras.
W. Goodman Barnes, de Twickenham, propietario de compañía naviera.
Perry F. Nursey, London, Ingeniero asesor. |
El capital de la compañía era de 1.250.000 libras divididas en 125.000 partes de 10 libras por cada uno.
A mediados del mes de Octubre de 1886 tiene lugar en Madrid una importante reunión entre el concesionario de la línea de Murcia a Granada, Edmundo Sykes Hett, el ingeniero director de ésta Jorge Higgin Winfield y el contratista general de las obras del ferrocarril, Jorge Loring Oyarzábal, marqués de Casa Loring. Sykes Hett había venido a España en nombre de su compañía Hett & Maylor Co. Ltd., para hacerse con una nueva concesión, la de la línea de ferro-carril de Manila a Dagupán en Filipinas, entonces todavía colonia española. Hett no podía imaginar que el desastre del 98 ocasionaría la pérdida de las últimas colonias españolas de ultramar.
En Noviembre de 1886 se iniciaron los trabajos de fijación de traviesas y raíles en el tramo de Almendricos a Águilas. Esta prolongada espera provocó la impaciencia y las críticas generalizadas de la opinión pública, aireadas siempre en la prensa local y provincial.
Acuerdo entre compañías
A partir de entonces se mantienen reuniones preparatorias en las cuales se toman resoluciones especiales. Es entonces cuando el 27 de septiembre de 1887 se firma el contrato entre Hett, Maylor & Co. Ltd., Edmund Sykes Hett y The Great Southern of Spain Co. Ltd. para la construcción de la línea Lorca-Granada-Águilas, por un importe total de 2.089.184 libras.
Y que los directores de la compañía eran:
Sir James Fergusson, barón
David Davies, Director delegado de Barry Dock and Railway Co. Ltd.
W. Goodwind Barnes , propietario de compañía naviera
Alfred Fernandez Yarrow, ingeniero |
Sir George Russel, barón, director del South-Eastern Railway Co. Ltd.
Edward Keir Hett, director de The Great Western of Brazil Co. Ltd.
Perry F. Nursey, presidente de sociedad de ingenieros |
Hett, sabía perfectamente que la verdadera baza económica que encerraba la línea de Murcia a Granada era vincular toda la línea con un ramal a la costa, pasando por los ricos criaderos de mineral, en dirección bien hacia Garrucha o bien hacia Águilas.
La jugada maestra de Hett fue completar la concesión con un proyecto de Ramal a Águilas y otro de un nuevo y moderno embarcadero de minerales. Aquella magnífica visión la tuvo un hombre al que Águilas probablemente le deba lo que hoy es y ha sido nuestro pueblo.
El ingeniero inglés William Stronach Lockhart, apoderado del señor Hett en Madrid, aclaraba en una carta fechada en la capital del Reino el 8 de Octubre de 1887 y dirigida al señor Gobernador civil de la provincia de Murcia -en contestación a las explicaciones pedidas por el ingeniero jefe de Murcia. Finalmente el proyecto de Ramal a Águilas, que había sido totalmente estudiado y proyectado por Roberto Roberts y Parry, fue introducido como complemento a la línea general de Murcia a Granada y era aprobado con prescripciones por Real orden de 25 de Junio de 1887. Meses después, el 7 de Enero de 1888, el ingeniero jefe de la compañía, Eduardo Argenti Schülz, que se había hecho construir una impresionante mansión de estilo colonial en la playa de La Carolina, presentó en el Ministerio de Obras Públicas, nuevos estudios y modificaciones al proyecto. Estos cambios hacían evidenciar el objetivo final de la compañía:
“Se atravesará la Sierra de Gorreta por el Puerto de Los Peines en lugar del Mojón, lo cual obligaba a modificar el emplazamiento de la estación de Pulpí y así facilitar la conexión del tramo procedente de Águilas. Los cinco túneles proyectados en la falda del Aguilón serán reducidos sólo a cuatro, de 45, 65, 70 y 60 metros, respectivamente.
La estación de viajeros de Águilas, que se había situado una vez pasada la Rambla del Charcón y la carretera a Lorca, se trasladará más hacia el Este, en el paraje llamado el Bol, por medio de un tramo de circunvalación, desde la cual partirá un nuevo tramo de circunvalación hasta otra estación, de mercancías, situada en el mismo puerto”.
Litigio entre compañías
Pero los retrasos en la aprobación de las nuevas modificaciones y el encarecimiento del coste de las obras agudizaron las diferencias entre el Marqués de Loring y la Compañía Hett, Maylor, llegando a su culminaciónen Julio de 1890. De hecho, Sykes Hett no asistirá a la inauguración del primer tramo de la línea: de Águilas a El Empalme. La crueldad del mundo de los negocios y el despiadado destino, no permitió que Edmundo Sykes Hett, este ilustre personaje, viera terminado el colofón de su proyecto, el embarcadero de minerales de El Hornillo, ya que fallecería en 1901, dos años antes de su inauguración.
La solución del conflicto entre compañías significó la bancarrota de Sykes Hett.
El 13 de Julio de 1888, Anthony Mundella, nombraba al ingeniero civil escocés Neil Kennedy Cameron (1851-1930), entonces con 36 años, único representante de la compañía en España. Instalado en Águilas, desde Julio de 1888, Neil Kennedy acompaña al nuevo director general de la compañía, George Higgin Winfield, al ingeniero Juan Santamaría del Pozo (padre de Alejandro Santamaría de Paz, futuro Jefe del servicio sanitario de la compañía) y al apoderado general Eduardo Argenti Schülz para inspeccionar el único tramo de línea construido, el de Águilas al Empalme. Dicho tramo había sido concluido por el ingeniero de origen portugués, José Novaes y presentaba una especial dificultad por la pronunciada pendiente y las obras de perforación y de fábrica de túneles en su trazado por la falda sur de la Sierra del Aguilón.
En Abril de 1889 se realiza la primera visita de inspección a la línea.
En Noviembre de 1889, Higgin distribuye a los ingenieros en las obras de la línea. El propio Neil Kennedy Cameron está a cargo del tramo de Águilas al Empalme hasta Guadix. En las diferentes secciones de la línea están: Henry Atwell Purdon, de la sección de Gor a Granada; Ofenbach de la parte de Chaparral; el ingeniero militar José Blanco de la de Iznalloz; de la de Huélago, Albino Torres; desde Peñas-Blancas a Guadix, Julián Cámara; de Guadix a Gor, Ángel Pérez.
Gerard Philip Torrens y Fitzpatrick Praed, directores en este momento de The Great Southern of Spain Co. Ltd., asumieron la dirección técnica del proyecto durante todo el período de construcción de la línea de Águilas al Empalme, del Empalme a Lorca, del Empalme a Huércal-Overa y de Huércal-Overa a Baza.
El ingeniero inglés Frederick Brereton Dixon es el responsable del tramo de Guadix a Lorca, a lo largo del cual figuran destinados el ayudante Ricardo Puchol, de Lorca al punto de El Empalme de la línea general; Demetrio Castro desde El Empalme a la Arboleda; Mendoze, de Arboleda a Cantoria; desde este punto a Purchena, Lionel Bowles; de Purchena a Serón, Leon Imbert; y de Serón a Gor, el ingeniero Dixon y el ingeniero militar Basilio Buendía.
Las obras marchan a buen ritmo a lo largo de toda la línea, pero muy especialmente en el tramo de Águilas al Empalme, cuya inauguración era inminente.
El 16 de Agosto de 1890, los representantes de los accionistas de las compañías vinculadas a la construcción del ferrocarril Murcia a Granada y el Ramal a Águilas, The Great Southern Railway company of Spain Limited, The Manila Railway junto con los señores Greenwood & Co y Düb & Co, estos dos últimos de Glasgow, y el concesionario de las obras, Marqués de Loring, solicitan formalmente en Londres el cese de actividades de la compañía Hett, Maylor & Co. Limited.
La prensa española se hace eco, el 31 de Agosto de 1890, de un telegrama en el cual se informaba de la quiebra de la compañía Hett & Maylor.
Inauguración del ramal de Águilas a Almendricos (Empalme)
En Diciembre de 1889 la Compañía hizo público un comunicado en el que fijó como fecha oficial de apertura de la línea de Águilas a El Empalme para el día 9 de Febrero de 1890.
El 7 de Enero de 1890 el vapor inglés Cumbrian procedente del puerto de Grimsby, atracó en el puerto de Águilas y desembarcó el primer envío de los esperados coches de pasajeros: 1 coche de viajeros de primera clase, 5 coches de segunda clase y 11 coches de tercera clase, además de todo el material para facturación. Durante los primeros días de Febrero se probaron las dos locomotoras que ya habían sido montadas por el ingeniero Thomas Haslam, y se exhibían los coches y vagones que darían servicio a la línea.
En Marzo llegó a Águilas el ingeniero del gobierno, Domingo Muguruza, para inspeccionar la línea, quien no reparó en halagos. También se esperaba la llegada de Solís para inspeccionar los vagones y coches de la línea.
El día 24 de Marzo de 1890, día histórico para el pueblo de Águilas, se inauguró el tramo entre Águilas y El Empalme (Almendricos).
Entre los grandes protagonistas del acontecimiento y que aparecieron en la emblemática fotografía se encontraban:
Jean Louis Lecoq Smith, Luis Benítez de la Cámara, Jorge Loring Heredia, Bartolomé Ródenas Rosas, Neil Kennedy, Pelayo Clairac Sáenz, Juan Santamaría del Pozo, José Novaes, Julio Leonés, Jorge Higgin Winfield, Eduardo Argenti Schülz, Aquiles Tardieu, Ricardo Puyol, Sezary, Manuel López de la Ferreira, Jorge Bulmer, Cayetano Gálvez, Samuel Agnew, Jorge Loring Oyárzabal, Demetrio Castro, Enrique Helguero de Bertodano, Jules Tardieu Albony, Robert Charles Ogilvie.
Además de los enumerados que aparecen en la foto, también asistieron:
Archibald Napier, Gustave Gillman, Thomas Haslam, Carlos Clementson
Y probablemente también asistieron:
Carlos de Bertodano Pattison y Carlos Williams Du Ranteau
Una vez resuelto el problema, en Febrero de 1891, Torrens volvió a reconocer las obras efectuadas en la línea, ya como Director gerente de The Great Southern of Spain Railway Company Limited, acompañado de los nuevos socios Jean Louis Lecoq y David Cooper Scott, con objeto de hacer una valoración de lo construído hasta la fecha, antes de dar cuenta en el juicio que se celebraría en Londres.
Entonces, Kennedy que había sido nombrado director de la línea de ferrocarril puesta en explotación y que había residido en Águilas con su mujer y sus hijos dimitió en Diciembre de 1891.
Inmediatamente, se nombra director de la compañía ferroviaria en Águilas a otro ingeniero, Henry Atwell Purdon, hasta entonces encargado del tramo en construcción entre Gor y Baza, que también había sido paralizado por el Marqués de Loring.
Ese mismo mes, Diciembre de 1891, Henry Atwell Purdon viaja a Londres en compañía de Jorge Higgin y el marqués de Loring, para intentar dar una solución definitiva a la cuestión. Estos acuerdos serían más tarde ratificados en Madrid por los señores Silvela y Montero-Ríos, aunque a partir de entonces, éste último fue sustituido por Juan de la Cierva como abogado general de la Compañía.
La presión política y social para que se termine el tramo de Baza a Granada, provocó finalmente que The Spanish Railways Trust & Investment Co. Ltd. llegue a un acuerdo el 2 de Abril de 1895 con The Granada Railway Co. Ltd. para terminar dicho tramo.
En Mayo de 1895, Purdon recibió poderes de la compañía para las operaciones de expropiación de terrenos por donde transcurriría la línea de ferrocarril hacia Granada. El 4 de Mayo de 1896, se inauguraba el tramo de ferrocarril de la estación de Águilas al puerto.
El 14 de Enero de 1897 falleció su esposa de 36 años, Effice Gertrude Mary Purdon, lo que seguramente precipitó su dimisión del cargo, siendo relevado por Gustave Gillman Bovet, otro ingeniero recientemente incorporado a la compañía de ferrocarril, que desde hacía años residía en Águilas y era un experto ingeniero de minas. Gillman se enfrentará a un importante reto, rentabilizar el tramo de vía abierto al comercio completándolo con la ejecución del proyecto de construcción de un embarcadero de minerales originalmente ideado por Sykes Hett.
La resolución definitiva por parte de los tribunales ingleses en el conflicto entre compañías no llegaría hasta Noviembre del 1894. Entretanto, el proyecto de construcción del embarcadero del Hornillo se dejará para más tarde, para lo cual se formará una nueva compañía subsidiaria, The Hornillo Company Limited. Ésta revisará el proyecto original de Sykes Hett diseñado por Juan Berné y encargará su revisión y actualización a la Compañía Livesey and Co. Ltd. El nuevo y definitivo proyecto será presentado al Ministerio de Fomento bajo las firmas de los ingenieros José María Blanco y Gustavo Gillman en Abril de 1901.
El embarcadero del Hornillo
El conflicto entre Sykes Hett y el Marqués de Loring provocó la salida del primero del consorcio de compañías el 16 de Agosto de 1890, quedándose al frente del proyecto de ferrocarril y embarcadero la compañía The Great Southern Railway of Spain Co Ltd., como hemos visto anteriormente. En 1891 se presentaba ante el Gobernador Civil de Murcia el proyecto de construcción de un embarcadero de minerales en el Hornillo. El proyecto será aprobado el 7 de Abril de 1891. La Gaceta de Madrid del 18 de septiembre de 1892 publicaba su concesión definitiva a The Great Southern of Spain Railway Company Limited.
Pero la compañía del ferrocarril The Great Southern of Spain Railway Company Limited estaba demasiado ocupada intentando terminar las obras del trazado del ferrocarril hacia Granada para ocuparse de la construcción del embarcadero. Por ello, impulsará en Londres la creación de una compañía subsidiaria que asuma íntegramente el proyecto. Finalmente, el 28 de Julio de 1899, se registró en Londres The Hornillo Company Limited, y la Real orden de 5 de Diciembre de 1899 informaba que era ésta la nueva concesionaria del proyecto de muelle embarcadero en la playa del Hornillo.
Los accionistas a partes iguales de esta nueva sociedad eran:
Thomas William Bischoff, Londres, abogado
Edward Griggs, Paddington, Londres, gentleman
Charles Dorchester Edwards, Muswell Hill, Londres, esquire
John Hubert Williams Baly, Walton on Thames, gentleman |
George Edwards Hunter Tell, Londres, abogado
Henry Walton Burnside, Acton, Londres, gentleman
Thomas Bolter, Coruch End, Londres, gentleman |
La Real Orden del 5 de diciembre de 1899 informaba que The Hornillo Company Limited era la nueva concesionaria del proyecto de embarcadero en la Bahía del Hornillo. La revisión y modificación definitiva del proyecto fue llevado a cabo por la compañía Livesey, Henderson Co. Ltd., que al parecer encarga a su vez la construcción a una empresa holandesa.
De esta manera, fueron los ingenieros José Blanco y Gustavo Gillman los autores de actualizar el antiguo proyecto.
Una vez terminado el espigón de cemento, se procedió al montaje de la estructura metálica, de la cual fue responsable el ingeniero David Buttle, jefe de material y tracción de la compañía. Charles Daniel Ashwin Roff fue otro ingeniero británico involucrado en la construcción del embarcadero.
El Gobernador de Murcia suscribió un acta de reconocimiento de las obras el día 3 de Mayo de 1903, obligando a que estuvieran terminadas el día 30 de enero de 1904.En Junio ya estaba terminado totalmente el embarcadero, aunque no fue inaugurado oficialmente hasta la llegada del primer vapor.
La inauguración tuvo lugar el 18 de Agosto de 1903, con la carga de 4.000 toneladas de mineral al vapor inglés Gwetland.
El cómodo y rápido sistema de embarque que ofrecía el Hornillo hizo que a partirde 1905 seincrementaran considerablemente las cantidades demineral explotadas en las minas de Bacares y Serón, pero la falta de material móvil se hace evidente. Además, el propio Gillman se encontraba desbordado para atender la explotación del embarcadero y la del propio ferrocarril. Por ello, en 1907, la Compañía le envía un hombre experimentado en el embarque de mineral de hierro, George Lee Boag, que fue nombrado subdirector. Boag es un hombre con experiencia, que inició su oficio en el Lancashire & Yorkshire Railway, y lo continuó en el Ferrocarril Transandino y en el de Lagos, en África Occidental.
Finalmente, Gustavo Gillman dejaría el cargo tres años después, en 1911, y se trasladó a otras explotaciones mineras y ferroviarias en América del Sur (concretamente a Brasil).
Qué espíritu minero el de este ingeniero inglés!
Ambrose P.S. Jones le sustituyó en el puesto durante escasamente un par de años, hasta que en 1913 fue nombrado director de la compañía Boag. Popularmente conocido por don Jorge, Boag permanecería al frente de la compañía casi treinta años, renunciando a su cargo unos días antes del estallido de la Guerra Civil española.
Precisamente, en 1913 la dirección de la compañía fue formada por:
Thomas Harrison, Orchewood, Gerrads Cross, Buckinghamshire
Frank Henderson, Queen Ann Mansions, SW, Londres |
Charles Woodbyne Parish, 58, Ennismore Gardens, SW, Londres |
Thomas Harrison era también director de la compañía GSSR desde 1906.
La importante competencia que sufrió el puerto de Águilas desde la apertura del embarcadero del Hornillo fue evidente. En 1907, el Ayuntamiento permitió a Enrique Helguero de Bertodano, todavía director de la Compañía del Puerto de Águilas, que ésta instalase en el Martillo una cinta transportadora accionada por un motor modelo Tangye, única manera de amortiguar la competencia que se avecinaba con la inauguración del embarcadero del Hornillo. Este sistema de carga, no sólo incrementaría los problemas laborales de los estibadores y cargadores del puerto, especialmente enconados en 1912, sino que ocasionarían importantes inconvenientes, molestias y enfermedades a la población, impregnando todo el casco urbano de polvo de mineral.
Este mismo problema, se volvió a repetir en los años 70 y 80 por la carga de yeso y cemento por medio de cintas transportadoras.
Entre el 18 de agosto de 1903 y el 23 de abril de 1936, se cargaron en el embarcadero del Hornillo unos 2.548 vapores de mineral procedente de la Sierra de los Filabres. Las dos principales compañías que compartían este sistema revolucionario de transporte y embarque de mineral eran The Bacares Iron Ore Mines Ltd. a través de la Sociedad Cabarga San Miguel, que embarcaba el mineral en la estación de Los Canos, situada entre las estaciones de Serón y Tíjola (Almería); y la Compañía holandesa Wm H. Müller, a través de la Sociedad Minas del Tesorero, que cargaba en la estación de Tíjola (Almería).
Juntas directivas de The Great Southern Railway of Spain Company Limited en Londres (1885-1941)
Gerard Philip Torrens, ingeniero civil
William Reierson Arbuthnot, director de banco
Maurice Levyson, gentleman (fallecido en 1901)
William McKerrow, comerciante
Fitzpatrick Praed, secretario de la Sociedad
Edward Woods, ingeniero civil
Thomas Harrison, director General
Edmund Batten Forbes, ingeniero civil
Gustave Gillman, ingeniero civil
Henry Andrew Micklem, comandante
Richard Popkiss, ingeniero civil
Ronald Henry White Henderson, capitán
Charles Hunter Pearson
Frank Percy Higgs
Hasta la fecha, ninguna actuación directa se ha realizado para frenar el deterioro del embarcadero.
El embarcadero del Hornillo y la línea que le comunica con la estación de Águilas han sufrido importantes deterioros no sólo debido al paso del tiempo sino también por haber albergado las instalaciones de una empresa de piscifactoría. Y más recientemente, por la destrucción parcial del parterre de acceso al puente sobre la Rambla de las Culebras. También hay que decir que una reciente actuación municipal ha realizado un paseo peatonal que dignifica y facilita la visita de los alrededores.
Águilas y sus residentes
El incremento del comercio del esparto y minerales que se desarrollaba en los dos puertos naturales de Águilas, el de Poniente y el de Levante, a
partir de la segunda mitad del siglo XIX, motivó que los diferentes países con intereses económicos en la zona, principalmente Francia y Reino Unido,
establecieran sus oficinas consulares a lo largo de toda la costa del Sur y Sureste de España.
Agencias consulares
Las primeras ciudades que albergaron viceconsulados británicos en el sur de España fueron Málaga (William Penrose Mark, nombrado el 1 de Enero de 1823), Almería (William Barron, nombrado el 22 de septiembre de 1823), Granada (William Mark) y Adra (John Kirkpatrick, nombrado el 25 de Mayo de 1825).
La principal función de los viceconsulados era defender los intereses de su país en el área o zona de influencia, resolviendo cualquier conflicto económico o diplomático que pudieran surgir a las compañías británicas allí establecidas.
En Águilas, muchos de estos pleitos fueron defendidos ya en 1868 por Ángel Cervetto Belda, primer vicecónsul británico de Águilas (nombrado en 1834 y confirmado por Real orden en 1843), situaciones delicadas que probablemente influyeron en su relevo y en la designación al año siguiente (1869) de un nuevo vicecónsul británico en Águilas, William Milvain y Davidson, hasta que en 1874 fue sustituido por Thomas Hilary Naftel, último vicecónsul inglés de Águilas, cargo que desempeñó hasta su muerte en 1936.
Una de las primeras materias que los viceconsulados tuvieron que gestionar con las autoridades locales, eclesiásticas y provinciales fue el establecimiento de cementerios británicos o protestantes.
La Ley de libertad religiosa introducida en la Constitución de 1879 y la Ley de cementerios civiles de 1871, posibilitaron finalmente que los viceconsulados gestionaran y obtuvieran los correspondientes permisos para la apertura de los primeros cementerios protestantes en España, no sin el recelo de la comunidad católica. De esta manera, se abrieron los de Tarragona, Málaga, Cádiz y Coruña.
El cementerio protestante de Cartagena fue construido y gestionado por suscripción popular, que encabezó el entonces cónsul británico Charles Washingham Turner, quien solicitó la parcela al ayuntamiento de Cartagena en Febrero de 1845.
El cementerio británico de Águilas se inauguró el 15 de Marzo de 1897, al año siguiente de ser inaugurado el nuevo cementerio municipal. Algunos restos de súbditos británicos, que habían sido enterrados en el anterior cementerio de las Asperillas, fueron trasladados al nuevo camposanto.
Al igual que otros cementerios británicos, el de Águilas sirvió de sepultura a súbditos de otras nacionalidades que eran protestantes o simplemente no católicos.
Registro consular británico
Una de las principales fuentes de información sobre los británicos que residieron en Águilas procede de los libros consulares, concretamente de los registros de nacimientos y defunciones. En el caso de Águilas, estos libros son la primera y única prueba escrita de la colonia británica establecida en nuestro pueblo. Pero ni de Ángel Cervetto, que fue desde 1843, el primer agente consular británico que tuvo Águilas, ni de su sucesor, William Milvain Davidson, se conservan libros de registros o censo de la colonia británica establecida por entonces.
Tampoco el Registro Civil, entonces dependiente del Juzgado municipal, se hizo eco en sus registros de las defunciones o nacimientos de extranjeros hasta 1886.
Fue en Agosto de 1874 cuando el tercer y último cónsul británico que tuvo Águilas, Thomas Hilary Naftel, inició el registro de defunciones y en Junio de 1875, el de nacimientos. Hasta la fecha, son los únicos registros que se han encontrado de la colonia británica de Águilas.
Del Registro de Nacimientos del viceconsulado de Águilas extraemos la siguiente e interesantísima información, completada con nuevos datos actualizados:
- El matrimonio formado por Owen Dickins (comerciante de esparto y negociante de minas) y Jessy E. Barnett,tuvieron cuatro hijos: OliveGrace Dickins, Muriel Jessy Dickins, Charles Sydney Dickins, y Violette Maud Blanche Dickins. Las dos primeras niñas fallecerían a los pocos días o meses de su nacimiento, como veremos en el registro de defunciones. Además, la primera, Olive Grace Dickins, tuvo el triste honor de ser la segunda persona enterrada en el Cementerio Británico el 29 de Junio de 1875. El primer enterramiento fue el del capitán John Hall, de 63 años, el 15 de Agosto de 1874. Las dos lápidas son las que aparecen en la histórica fotografía de dicho cementerio realizada por el gran fotógrafo lorquino José Rodrigo.
- Uno de los primeros ingenieros de minas que llegó a Águilas fue el irlandés James J. Tonkin, nacido en 1849 en Skibbereen, provincia de Cork. Era hijo del minero William Tonkin (también de Skibbereen) y Margaret Morris. Casado con la aguileña Ramona Giménez, que pasaría a llamarse Ramona Tonkin. La pareja tuvo el 9 de febrero de 1877 un niño al que llamaron Manuel Polonio. Este ingeniero trasladó su residencia a Huelva para trabajar en las minas de Riotinto, donde ejerció como director de la Fundición La Tortilla. Allí vivió hasta su muerte.
- Otra de las primeras familias británicas en llegar a nuestro pueblo fue la formada por el comerciante de esparto George McFarlane y Margaret Anne Stewart, que vivían en la Playa del Bol, donde nació, el 28 de Marzo de 1880, su hijo Malcolm Stewart.
- Otro matrimonio británico fue el formado por el agente de esparto Thomas Hilary Naftel (Sheppard), natural de Guernsey (Channel Islands) y Kate Ellen Barnett (Kembal), natural de Londres. Llegaron a Águilas en 1874, contratado por Juan Gray para la Compañía MacMurray. El 23 de Mayo de 1874 fue nombrado vicecónsul británico, puesto que ejercería hasta su muerte. Después de él no hubo en Águilas otro vicecónsul británico. La pareja tuvo cuatro hijos: Arthur Riviere, Roland Francis, Mervyn Rivoire y Maurice. Posteriormente, nació Enid May. Por entonces, la familia se había mudado al número 14 de la Calle de Aranda, donde nació una segunda niña, Doris Naftel.
El vicecónsul inglés quedó viudo el 20 de Enero de 1928 al morir su esposa Kate, de 70 años, de nefritis crónica. Declaró la defunción su yerno, Robert Wilton Brown, comerciante, natural de Edimburgo y casado con May Naftel Barnett.
Thomas Hilary Naftel falleció en Águilas el 29 de Enero de 1934.
- Muy conocido fue también el matrimonio formado por el comerciante y agente de minas James Glover Fischer (natural de Enfield, donde nació en 1839) y la aguileña Ángeles Belda Cuervo, que nació en 1858. Fueron sin duda la familia británica más prolífica, ya que tuvieron ocho hijos.
- Otro matrimonio fue el formado por el importante comerciante de esparto Alexander Malcolm, escocés que había nacido en 1850 en Kenmore, Wandsworth-common y Gertrude Butterfield, natural de Camberwell, el 1 de Septiembre de 1881.Vivían en la Playa del Bol y fueron padres de tres hijos. La primera fue una niña a la que llamaron Leslie Gordon, que nació en Julio de 1882, pero falleció a los 13 meses. Los dos siguientes fueron varones, Geoffrey Johnston y Claude Stanley. La familia mudó su domicilio después del nacimiento del primer varón a la Casa de la Huerta.
Alexander Malcolm fundó el 9 Noviembre de 1888 en Cartagena, junto con el consignatario de vapores James Bernard Heywood, la Sociedad Malcolm & Heywood, dedicada a la compra-venta y consignaciones de espartos. Instalados finalmente en la calle de Lorca, su relación comercial y de amistad con el también escocés John Gray Watson, contribuyó a dar un importante impulso al comercio del esparto en Águilas en el último tercio del siglo XIX y principios del XX.
- El también comerciante George Finning (Mortimore), natural de Crediton, Exeter (Devonshire), estaba casado con Mary Jane Nicholls Puckey, natural de Liskeard (Cornwall), y también vivieron al principio en la Playa del Bol. George Finning, antes de llegar a Águilas, había tenido cinco hijos, de los cuales habían fallecido los tres primeros (Elise, Elise Jane y Lucy), y vivían George y Celestina Flora. En Águilas nació otra hija a la que llamaron Annie y dos hijos varones: Robert John y Philip Leonard.El 17 de Octubre de 1888 falleció su esposa Mary Jane, a consecuencia de asma. Testificaron el fallecimiento en el registro civil Thomas Federick Hosking, comerciante, natural de Saint Blacey, Inglaterra, y residente en la diputación de Cope y Juan Lloret Gregori, agente comercial, natural y vecino de Águilas.
Años después, George Finning se casó en segundas nupcias con la española Otilia Garea Mandía, natural de La Coruña. El nuevo matrimonio formado por George y Otilia se mudó al barrio de las Asperillas, donde fueron padres de una niña a la que pusieron el nombre de Alice Finning Garea y de un hijo al que pusieron de nombre Alexander Finning Garea.
- Norman MacLean MacColl, era natural de Glasgow, donde nació el 5 de Marzo de 1860. Era hijo de Daniel MacLean (de Stornnoway)y Ann MacColl (de Appin), entonces vecinos de Glasgow. Norman MacLean llegó a Águilas en 1876. Posteriormente, se casó con Jessie Stephens Lecte, natural de Birkenhead, donde nació el 31 de enero de 1869, siendo sus padres William Stephens y Anne Mary Lecte, ambos de Liverpool. MacLean inició su andadura como agente comercial de la compañía importadora de esparto M de J. Levy & Sons, el 14 de Marzo de 1894.
Los MacLean tuvieron en Águilas a su primer hijo el 23 de Agosto de 1893, al que llamaron Allan Cameron. Este joven creció en Águilas y jugó en el equipo de fútbol que formó y entrenó Juan Gray. Al estallar la Primera Guerra Mundial, se alistó como voluntario en el ejército australiano. Cayó en el frente el 25 de Abril de 1915, cuando tenía 21 años, convirtiéndose tristemente en el único aguileño-británico que murió en la Gran Guerra.
Norman y Jessie volverían a ser padres de Marjorie, Mercedes, quien fallecería a los dos años y medio.
En 1898 nació otra niña a la que llamaron Sheila y en 1900 nació el niño Kenneth Stephens. En 1904 otro niño al que llamaron Fitzroy Donald. En 1907 nació Colin y el último niño nació en 1908, al que llamaron Sheila.
Norman MacLean falleció a los 71 años de edad, el 24 de Octubre de 1925, de esclerosis general.
La Iglesia Evangelista de Águilas fue fundada por el sueco Carlos Haglund en 1893, siendo instalada en la Calle Jovellanos.
- Un par de años después, ya se había instalado en Águilas el primer pastor de las Islas Británicas. El pastor misionero escocés Robert Pollock Simpson, natural de Glasgow, estaba casado con Anna Carolina Junod Baum, natural de Barenth (Baviera). Fue conocida popularmente como Doña Lina Simpson y su sacrificada labor de caridad y asistencia médica a los pobres dejó una profunda huella en nuestro pueblo. Este matrimonio tuvieron su primera hija en 1898, a la que pusieron el nombre de Anna Junod Simpson Baum, la cual falleció a los 8 meses. Se le dio sepultura en el cementerio británico recién inaugurado.
La segunda hija llegaría en 1899 y le pusieron de nombre Frida Simpson Baum; la tercera, que nació en 1904, la llamaron Lina Julia Jeka Simpson. En 1911 nacería la cuarta hija del matrimonio Simpson, a la que llamaron Gerda Lina Marguerite Simpson.
Con la llegada de los agentes de minas británicos y la compañía del ferrocarril, la presencia de británicos se incrementó en Águilas.
- Quizá el más conocido de todos llegaría a ser el matrimonio formado por el ingeniero civil Gustavo Gillman Bovet, nacido en Londres el 15 deJunio de 1856 y la malagueña Maria del Rosario (Sirvent) Berganza, nacida el 3 de octubre de 1858. Este matrimonio llegó a Águilas, más concretamente a la Cuesta de Gos, alrededor de 1885, aunque después residió en Granada y Lorca, debido a su tarea como ingeniero de minas y después como responsable de la compañía de ferrocarril, antes de establecerse definitivamente en Águilas.
- Otro matrimonio era el formado por Thomas Andrew Haslam Morris, irlandés, agente comercial y empleado del ferrocarril, natural de Arcide (Dublín) y Mary Ann Grant, natural de Belfast. Haslam venía de Argentina, donde era jefe de estación de Frayle Muerto (Belle Ville, Córdoba) según informaba un boletín de 1876. Allí tuvieron una hija, Isabel Maud Mary, a la que bautizaron en 1876 en la iglesia anglicana. Al igual que hicieron otros empleados británicos de compañías ferroviarias británicas en Argentina, los Haslam se trasladaron a Águilas.
Domiciliado primero en la Calle del Sol, allí falleció el 20 de Diciembre de 1884 un hijo que había nacido en Liverpool en Junio de 1884, llamado Marion. Poco después, con domicilio en la Calle Murillo, tuvieron otro niño el 1 de Noviembre de 1889, al que llamaron Thomas Charles Skeffington.
La pareja abandonó Águilas a finales de 1889 para volver a Argentina. Allí nacería un hijo, al que dieron el nombre de Enric Pleurice Haslam, que fue bautizado en Santa Trinidad, Lomas de Zamora, el 22 de Octubre de 1893.
Su hijo Thomas Charles Skeffington estudió ingeniería en Londres, donde llegó a ser miembro del Instituto de Ingenieros Civiles. Entre 1910 y 1929 trabajó para la compañía de ferrocarril Buenos Ayres & Pacific Railway y entre 1929 y 1934 fue director de la compañía La Guaira & Caracas Railway (Venezuela).
Pero lo más interesante de esta historia es que una hermana de Thomas Andrew Haslam fue la abuela del célebre escritor argentino Jorge Luis Borges.
- Otro matrimonio de nacionalidad mixta era el formado por el oficinista y apoderado de la compañía del ferrocarril Charles Clementson Beck, natural de Calcuta, y casado con Soledad Palma Rico, natural de Madrid, y llegados a Águilas desde Cartagena alrededor de 1889.
- Otro popular ingeniero civil que residió en Águilas, contratado por la compañía del ferrocarril, fue Richard Popkiss (Gilbert), natural de Londres, nacido en 1857, hijo de Richard Popkiss y Elise Gilbert, casado con Eliza Jane Cowie (Milroy), natural de Escocia, nacida en 1847 e hija de James Cowie y Mary Milroy. Con domicilio en la Calle del Reloj, donde fueron padres el 31 de mayo de 1893 de Dolores Milroy Popkiss Cowie.
A finales del s. XIX llegaron a Águilas otras familias británicas.
- Una de ellas fue la formada por el ingeniero Thomas Pool (Mortimer), maquinista, natural de Tipton, nacido en 1848, hijo de Thomas Pool y Elisabeth Mortimer, quien se casó en segundas nupcias con Silvestra Urquizo Gómez, natural de Carcamo (Álava), nacida en 1864, hija de Fermín Urquizo y Gregoria Gómez. La pareja estableció su domicilio en las Asperillas, diputación del Campo, donde tuvieron, el 22 de Enero de 1891, una hija a la que llamaron Isabel Pool Urquizo; y el 15 de abril de 1892 un hijo al que llamaron Fermín Pool Urquizo. Thomas Pool tenía al menos dos hijos de su anterior matrimonio, William y Henry, que vivían en Águilas con él, ya que por acta notarial del 14 de Marzo y del 12 de Abril de 1893, respectivamente, les concedía permiso para contraer matrimonio.
- Frederick Augustus O’Brien había nacido en Poona (India) en 1860, hijo de un empleado de ferrocarril en aquella colonia británica. Se casó en Bombay en 1886 con Alice Harriet Boileau. Allí tuvieron a sus tres primeros hijos. Alrededor de 1890 se trasladaron al Reino Unido, donde O’Brien trabajó contratado para una compañía ferroviaria en Leicester.
En 1892 viajaron a España, donde instalaron su casa en la misma estación de Águilas. Allí tuvieron a su hija Frances Edith Eileen, quien nació el 28 de julio de 1893.
En Águilas, O’Brien trabajó para la compañía del ferrocarril en la difícil tarea de solucionar los problemas que las locomotoras estaban teniendo con la dureza y salinidad del agua. Alrededor de 1900 la pareja volvió al Reino Unido, estableciéndose en Kent. O’Brien siguió trabajando en el ferrocarril y falleció en Darlington en 1934. Su esposa murió en 1949.
- El inglés de origen español José Vinent, oficinista de la compañía y casado con la inglesa María Homedes, vivían en la Calle del Sol, donde tuvieron, el 5 de agosto de 1893, un hijo al que llamaron Alberto.
- El matrimonio formado por el ingeniero mecánico y Jefe de la sección de tracción de la Compañía del ferrocarril, David Carlton Buttle (Fleming), natural de Inverness, nacido en 1866, hijo de John Buttle de Lancaster y Elisabeth Fleming de Stanley, y Louise Adelaide Wall (Young), de Londres y nacida en 1873, hija de Joseph Wall, vecino de Borhill, arquitecto y Louise Young, llegó a Águilas alrededor de 1893, estableciendo su domicilio en la Cuesta del Sol. Buttle fue contratado por la compañía del ferrocarril como jefe de tracción y fue el responsable del montaje de la estructura metálica en el embarcadero del Hornillo. El 1 de Febrero de 1897 tuvieron a su primer hijo, Robert. Más tarde llegarían dos hijas, la primera el 8 de Enero de 1899, Mabel Adelaide; y el 16 de febrero de 1902, Elsie.
Alrededor de 1905, una vez inaugurado el embarcadero del Hornillo, Buttle dejó la compañía y se trasladó a Chile con su familia.
- Un español nacionalizado inglés, que trabajaba como oficinista de la compañía de ferrocarril y que respondía al nombre de Natalio Olivero Ferrer, estaba casado con Amalia Ramona Quintana Navarro, y vivían en la Calle Quintana número 10. La pareja inscribió a su hija, que nació el 30 de enero de 1903, con el nombre de Ana Catalina Natalia Ramona Amalia Ángela Dolores Victoria. Natalio dejó la compañía de ferrocarril en 1909, al ser nombrado archivero del ayuntamiento, aunque siguió jugando de portero en el legendario equipo de fútbol aguileño.
- También vivieron en Águilas el ingeniero Thomas Hely Ayres casado con Luisa Matilda Wetherell, con domicilio en la Cuesta del Sol. Este matrimonio tenían dos hijos, Doreen Owen (nacida el 16 septiembre de 1905 en Finsbury Park, Londres) y Cicely Florence (nacida el 13 de Mayo de 1907 en East Grinstead, Surrey). Ese mismo año se trasladaron a Águilas, atraídos por sus cuñados Sydney Ogilvie Browne y Cicely Newton Wetherell, entonces residentes en esta villa.
Aquí nació, el 6 de Septiembre de 1908, su único hijo varón, Luisón Francisco. El matrimonio probablemente vivió en Águilas unos 10 años, marchándose a Estados Unidos durante la I Guerra Mundial. La familia se estableció en Brooklyn, donde Thomas Hely trabajó como ingeniero marítimo. Allí también fallecería el único hijo aguileño, Luisón, el 16 de Marzo de 1919.
- El ingeniero mecánico Frederick Jamieson estaba casado con Josephine Mary Brydie y vivían en el Paseo de Parra. La pareja tuvo, el 24 de febrero de 1909, a Andrew y el 28 de Mayo de 1911 a Neil Mackie.
- La última inscripción que se conserva en el registro de nacimientos es la procedente de la familia del ingeniero y Jefe de Tracción de la Compañía del Ferrocarril, Sydney Ogilvie Browne, que estaba casado con Cicely Newton Wetherell y tenían su domicilio en la Huerta de Ruano. Este matrimonio tuvo el 5 de marzo de 1911 un hijo al que llamaron Gilbert Ernest (aunque sabemos que posteriormente tendría una hija, llamada Cicely Gwendoline Ogilvie Browne). Este ingeniero del ferrocarril, era conocido por el nombre de don Juan Browne, especialmente en lo relacionado con los Exploradores, de quien fue uno de sus más eméritos miembros de su Junta Directiva.
El vice-cónsul británico en Águilas, Thomas Hilary Naftel, anunciaba el 23 de Mayo de 1912 en la última hoja el recibo de un nuevo libro de Registro de Nacimientos, del cual se desconoce su paradero.
Registro consular británico de defunciones
Del registro de defunciones del viceconsulado de Águilas extraemos también la siguiente e interesantísima información.
Lo primero que llama nuestra atención es la importante cantidad de registros de fallecimientos de niños y niñas, por desgracia tan frecuentes en una época donde la mortalidad infantil era muy alta. La mala calidad de las aguas potables y los sistemas de eliminación de aguas residuales y fecales, así como la ausencia de medios y vacunas que previnieran las infecciones, provocaron más de una epidemia de cólera.
En muchas de ellas, fueron precisamente los ingleses los que formaron parte de las Juntas y comisiones locales de salud para aportar ayudas económicas o sus propios recursos para atajar estas epidemias de tan terribles consecuencias tenían entre la población. Es de justicia recordar el desprendimiento que tuvieron muchos ingleses en dar dinero u organizar actos de beneficencia encaminados al establecimiento de un servicio sanitario o a la construcción del Hospital de Caridad, hoy olvidada o menospreciada.
- En 1875 falleció la niña de 5 días Olive Grace Dickins.
- En 1877, falleció la niña de 9 meses Muriel Jessy Dickins.
- En 1879 falleció la niña de 10 meses Mildred Jessie McFarlane.
- En 1883 fallecieron: el niño de 5 días Arthur Rivoire Naftel, el niño de 10 meses James William Glover y la niña de 13 meses Leslie Gordon Malcolm.
- En 1884 falleció la niña de 4 años Emma Glover.
- En 1885 falleció el niño de 9 meses Percival Gillman.
- En 1886 falleció la niña de 12 años Hannah Isabella Patterson,
- En 1888 fallecieron: la señora de 39 años Mary Jane Finning, el niño de 3 años y medio Marion Grant Haslam y el niño de 6 meses Philip Leonard Finning.
- En 1890 falleció la niña de 9 años Agustina Carmen Clementson,
- En 1893 fallecieron: el niño de 1 año y 9 meses Maurice Naftel y la niña de 6 meses y 11 días Maria de la Soledad Clementson.
- En 1895 falleció la niña de 2 años María del Rosario Clementson.
- En 1897 fallecieron: la señora de 36 años Effice Gertrude Mary Purdon, esposa del entonces Director General del Ferrocarril de Lorca a Baza, Henry Atwell Purdon, James William Gunter y la señora de 65 años, Ascensión Lewis.
- En 1898 fallecieron: la niña de 8 meses, Anna Junod Simpson, y la niña de 2 años y medio Mercedes MacLean, domiciliada en la Plaza de la Constitución, según certificó el médico practicante Manuel Pérez.
- En 1899 falleció la señora de 35 años Anna Carolina Simpson.
- En 1905 falleció la niña de un año Lina Julia Jeka Simpson.
- En 1909 falleció la señora de 72 años Julie Armstrong, esposa del misionero Legh Bardgett Armstrong.
- En 1910 falleció el misionero de 78 años Legh Bardgett Armstrong (MacNaughton), natural de Liverpool. En 1911 falleció la señora de 48 años Ana Ferrer Homedes.
Otra información que nos resulta interesante procede del registro de los marinos británicos que dejaron su vida en aguas de Águilas.
- En 1874 falleció en la Bahía de Águilas el capitán John Hall de 63 años, a bordo de su barco Emilia de South Shields y con número de registro 6317, según certifica el doctor J. Ochoa, oficial médico de Servicio de Salud.
- En 1885 falleció a la edad de 54 años el segundo oficial del vapor Crindau con número de registro 86357, William E. Jackson, ahogado al caerse de un bote en el Puerto de Mazarrón, según certificó el vicecónsul británico en Mazarrón Ed. G. Pearse.
- En 1893 fallecieron ahogados accidentalmente, mientras el barco inglés Marcia con registro número 70611 de Londres, atracaba en el puerto de Águilas, el capitán de la marina mercante de 42 años George Pennick y el ingeniero mecánico de 22 años, Benjamin George Bell. Éste último, al parecer, falleció en la Fonda Isabel, según testificó en ambos casos B. Morris, presente en el momento de las muertes.
Del registro civil se extrae la siguiente información complementaria:
- George Pennick era natural de Tlushing y estaba casado con Elena Pennick, natural de Brightigsea.
- En 1904 falleció ahogado el marino de 40 años Edward Wight, capitán del barco Hopedale, amarrado en el embarcadero del Hornillo.
- En 1905 falleció ahogado el señor de 60 años de edad William Knowles, segundo de abordo (piloto) del SS Cape Comino de Newcastle, amarrado en el puerto de Águilas.
- Por el registro civil sabemos que también fallecieron:
- James Tokell, de 39 años, natural de Jarroco (Inglaterra), fogonero del vapor inglés F. D. Lambert. Falleció en 1912 por acceso cerebral.
- Edward James Renowden de 58 años, natural de Swansea, maquinista del vapor griego Ystros. Estaba casado desde 1873 con Emma Mary Aston. Falleció en 1913 en el hospital por pulmonía traumática.
- Y Septimus P. R. Watson de 33 años, natural de Penarthglow, maquinista del vapor inglés Gilven Manor. Era hijo de James Watson y de Elisabeth Boag y estaba soltero. Falleció ahogado en el mar en 1923. Se informa de la autopsia practicada en virtud del oficio de la Ayudantía de Marina de Águilas.
- El libro de registros del Cementerio Británico no recoge algunos nombres del viceconsulado, probablemente por haber adoptado la nacionalidad española o la religión católica. Pero sí
incluye otros nombres que serían registrados en un segundo libro del Viceconsulado, cuya copia no se conserva.
Finalmente, en el registro civil se inscribieron de forma, diríamos que excepcional, las siguientes actas de fallecimiento, que curiosamente no fueron incluidas ni en los registros del Viceconsulado ni en los del Cementerio británico:
- Benjamin George Bell falleció en 1894, a los 22 años, por ahogamiento en el mar a consecuencia del naufragio del bote Aurora.
- Brígida (Biddie) Cripps falleció en 1933, a los 44 años, por oclusión intestinal e intoxicación general. Era natural de South (Inglaterra) e hija de Edward Wight y María. Estaba casada con el mayor Carlos W. Cripps, DSO y vivía con sus dos hijas, Patrocinio y Diana, en la diputación del Campo.
Registro municipal de extranjeros
El Ayuntamiento de Águilas no solía incluir en los diferentes censos de habitantes a ciudadanos extranjeros, bien porque la residencia era accidental o bien porque no sabían ciertamente el tiempo que iban a permanecer entre nosotros. Pero en el año 1917 el Ayuntamiento abre un registro de extranjeros en el que se recoge información escueta de los extranjeros que tienen residencia habitual en Águilas, especificando la fecha de la inscripción, su nombre y apellidos, su nacionalidad, profesión y domicilio, así como datos referentes a la fecha y la oficina consular que emitía el pasaporte, y si era transeúnte o residente habitual. Es por tanto la primera vez que se censa a la colonia británica de Águilas.
En 1917:
Roberto Pollock Simpson, misionero, Paseo de Sánchez Fortún, residente
Doris Naftel
Jessie MacLean
Mary Eugenia Gray
Hugo Packenham Borthwick, propietario, Cope (Isla del Fraile)
Sidney Ogilvie Browne, Jefe de tracción, Paseo Rey Carlos III
Cecily Gwendoline Ogilvie Browne, Calle Lotería
Percileon Winston Churchill, Ingeniero Civil, Calle Joaquín Costa
Emily Churchill
George Heuch Winston Churchill, estudiante, Paseo de Parra, residente
Thomas Blázquez, agente marítimo, Floridablanca
Susana Kennedy Simpson
Ricardo Lewis y Williams, propietario, Calle Libertad
Alicia Violeta Glover, Calle Rey Carlos III |
Enid May Naftel, sus labores, Calle Lope Gisbert
Norman Maclean, comerciante, Paseo de Parra
John Gray, comerciante, Paseo de Parra
Robert Graham, comerciante, El Bol
George Lee Boag, Director del ferrocarril, Estación
Cecily Newton Browne, (otras veces aparece registrada como Cecily Newton Wetherell)
Eugenie Jane Churchill (otras veces aparece como Elfrida Eugenie Churchill)
Louis Charles Lowenthal, Contador del ferrocarril, Paseo de Parra
Thomas Hilary Naftel, Sheppard, vicecónsul Británico, Calle Lope Gisbert
Elena Gillman Sirvent, Huerta (otras veces como Elena Norberta Gillman)
Evelina María Glover, Calle Rey Carlos III |
En 1919 se añaden:
Robert Bonham Smith, Jefe de Tráfico del ferrocarril.
Thomas Carlson Thomson, escribiente, Quintana
Ernesto Gilbert Boag, estudiante, transeúnte
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Ruby Bonham Smith
Peggy Edith Thompson,
Robert Kynock Wilton Brown |
Ambrosio Enrique Rafael Cooper, fonda Comercio (probablemente el hermano
de Carew Martin-Ashley Cooper, Jefe de tracción de la compañía del ferrocarril)
En 1924 se añade a Miss Lidyl Mary King, secretaria, con pasaporte británico emitido en Irlanda.
En 1925, se añade en la entrada de los Churchill a Aida Emily Churchill, junto a Elfrida y Emily, todas ellas estudiantes. Y Elspeth Maclean en la familia Maclean.
También en este año aparece registrado un misionero llamado Guillermo Carlos Castle y su esposa Gracia May Hollands, ambos con pasaporte emitido en Vigo y con domicilio en la calle Sánchez Fortún. Además, Thomas Blázquez (Procónsul) y Soledad Blázquez junto a Raimundo Blázquez Larrea, ambos con domicilio en la calle Castelar, 2.
En 1926 aparece Margaret Christina Havoken.
En 1927 consta Grace May Castle. Y Beatrice Bowolon Marshal y Annie Rose Dodd, ambas con domicilio en el Puerto. También se registraron por primera vez Gilbert Race, del departamento de comercio, con domicilio en la calle Arenal.
En 1928 aparecen por primera vez los hermanos Gilbert Ernest y Ufreda Eugenie Churchill. Muy importante el registro de Violet Ada Torrens, familia de Gerard Philip Torrens, que se aloja en la Huerta, con pasaporte emitido en Singapur. También consta por primera vez el registro de Mary Houchen, con domicilio en el Puerto y pasaporte emitido en Nueva Zelanda. También de Nueva Zelanda aparecen registradas la madre y la hija: Ethel Stanley Pyne y Muriel Colin Pyne.
En 1929 se empieza a notar una reducción considerable de la colonia británica. Prácticamente los residentes habituales eran los Boag, Browne, Race, Churchill y Lowenthal. En 1930 vuelve a aparecer registrada Margaret Christina Havoken, y, por primera vez Charles Edward Willson, marino, con domicilio en la calle Becerra.
En 1931 ya es registrado el matrimonio Lowenthal y aparecen tres interesantes entradas: Enrique Barker, estudiante, domiciliado en la Calle de Romero, con pasaporte de Liverpool, al igual que Federico Barker, comerciante con domicilio en la calle Pablo Iglesias. También aparece Eleanor Boag, con domicilio en la calle del Aire.
Interesantes los registros nuevos realizados en el año 1932. Junto a Gilbert Race, empleado, aparece Margaret Christina Havoken Race, ambos con domicilio familiar en calle Pablo Iglesias. Sigue apareciendo el estudiante Enrique Barker con domicilio en Calle Quintana. También muy importante, aparece registrado con fecha 3 de Marzo de 1932, el Major Charles William Cripps, militar, junto a Nellie Cripps, ambos con domicilio en Paseo Hernández.
Poco después, el 23 de Abril de ese mismo año, aparecen registrados V. M. Cripps, T. E. G. Cripps, A. D. G S. Bevington y P. S. Bevington, todas ellas mujeres y con domicilio en El Cocón. También consta en el registro el pastor evangélico R. J. Barnés, con domicilio en Calle Aranda. Sigue apareciendo registrado como residente habitual Federico Barker, ahora como comerciante de profesión y Rupert Arnold Brabuer, ambos con domicilio en la calle Quintana. Ese año Violet M. Cripps, aparece domiciliada en el Rubial, a diferencia de los Cripps-Bevington que siguen registrados en el Cocón.
En 1934 sigue registrados el pastor R. J. Barnés y su esposa, Mary Penelope Barnés. También aparece, el 6 de Febrero, Geraldine Mary Bagshaw, sobrina de Jorge Lee Boag.
En 1935 el comerciante Enrique Barker aparece junto a Dorotea Miura Vanghou, ambos con domicilio en calle García Hernández. Por primera vez se inscriben el ingeniero John William, también con domicilio en la calle García Hernández; Richard Ernest Barker, dedicado al comercio y con domicilio en la calle Pablo Iglesias; y Susan Margaret Houchen, con domicilio en el Puerto. Vuelve a aparecer el ingeniero John William pero con un segundo apellido, Creese, así como su mujer, Marjorie Creese, ambos con pasaporte británico emitido en Bagdad.
En 1936, siguen registrados como residentes habituales los Boag, los Lowenthal, los Browne, entre otros. Y aparecen las hermanas María y Berta Gillman. También el misionero Romualdo Juan Barnés, con domicilio en Calle Aranda.
En los años 1937 y 1938 el único registro realizado de residentes es el de Maria Luisa Ceilel Guiraud de Borbonet, con domicilio en la Calle García Hernández.
En el año 1939, cuando termina la Guerra Civil española, sólo quedan registrados los Lowenthal y las hermanas Gillman, así como su hermano Juan Roberto Gillman, recién nombrado director del ferrocarril Lorca-Baza y Águilas después de la renuncia de George Lee Boag.
El último registro se realiza en 1941, pero ya ningún británico figura entre ellos.
Otros nombres aparecen registrados, pese a ser españoles son:
Mónico Martínez García, Calle del Aire
Milagros Buck Campoy |
Joaquín Buck García, jornalero |
Otra familia británico-española que residió en Águilas fue la formada por Raimundo Blázquez Orozco (1862-1909) aguileño que se casó con Elspeth MacEwen Birch, natural de Edimburgo (1869-1926). En 1881 Raimundo compró la fábrica de fundición Virgen del Pilar y la convirtió en almacén de esparto. A su muerte la fábrica fue comprada por Juan Gray, que era su empleado.
Este matrimonio, que vivió en la calle Castelar, tuvo 12 hijos, ninguno de los cuales fueron registrados en el vice-consulado británico: Raimundo, Antonio, Agustina, Ángel, Carmen, Ana, Ángela, Tomás, Berni, Gracia, Raimundo y Andrés.
Aunque los seis primeros hijos fallecieron a corta edad o muy jóvenes, los varones Raimundo, Tomás y Ángel continuaron con el negocio del comercio de esparto. El primero estuvo asociado a Oscar Perrau, hombre de negocios de origen belga también residente en Águilas, y el segundo trabajó como consignatario de barcos. Elspeth Blázquez MacEwen se casó en 1925 con el profesor y científico William Ogilvy Kermack, natural de Kirriemuir, Angus, Escocia, donde nació en 1898, donde vivieron y murieron. William Ogilvy Kermack era hijo de un cartero, que después de realizar estudios de química en Aberdeen de dedicó a la investigación en materia de bioquímica en Oxford, Edimburgo y Aberdeen, donde falleció en 1970 en su residencia en el Marischal College.
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