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Entre Abril y Agosto de 1983, todavía viviendo en Águilas, Antonio se pone manos a la obra
arreglando algunos ragtime de Scott Joplin (1867-1917) -Something Doing, The Favorite, Weeping Willow, A
breeze from Alabama, The Nonpareil y The Entertainer- pensando en un grupo instrumental formado por
flauta-flautín, clarinete, trompeta, trombón, tuba, piano y batería.
Al trasladarse a Murcia para iniciar estudios de Educación en la Universidad y continuar los de música y
flauta travesera en el Conservatorio de Murcia, entra en contacto con el clarinetista Sergio Fernández-Díaz
Picazo y el guitarrista Joaquín Martínez-Oña López. Más tarde se incorpora el pianista Anselmo Espinosa
Gil, hijo del que fuera conocido profesor de piano del citado conservatorio, Anselmo Espinosa del Águila.
Los estudios y las obligaciones del servicio militar, por entonces obligatorio, dificultaron mucho la
formación definitiva del grupo. La búsqueda de un lugar de ensayo permanente y adecuado (que tuviera
piano), también fue otra de las dificultades añadidas para la regularidad en los ensayos. El Conservatorio
de Música de Murcia, entonces ubicado en el Teatro Romea, apenas tenía espacios libres con piano donde
pudieran ensayar.
En 1984 el profesor de música y entonces director del Aula de Música de la Universidad de Murcia, Juan
González Cutillas, gestionó el permiso para poder realizar los ensayos en el Paraninfo de la Universidad,
en el Campus de la Merced, lo cual supuso un respaldo e impulso definitivo a la formación del grupo.
Se incorpora al grupo el contrabajista Miguel Ángel Marcos Martínez, de origen cubano-americano, que se
encontraba en Murcia trabajando como profesor en la escuela de idiomas Apple, el percusionista murciano
Sebastián Pérez Mondéjar, con experiencia en grupos de jazz y de otro género, y el pianista Javier Gómez
Gómez, natural de Abarán.
Es entonces cuando tiene lugar el concierto de la presentación oficial del grupo Ragtime Concert Band en
el Paraninfo de la Universidad de Murcia el 12 de Abril de 1985.
El programa estaba formado por las siguientes obras: Primera Parte. Cleopha (marcha), Palm Leaf Rag y The augustan club (vals) de Scott Joplin. Segunda
Parte. Sunflower slow drag de Scott Joplin y Scott Hayden y Something doing, Elite syncopations y Please say you will (canción) de Scott Joplin. Estos ragtimes
corresponden al periodo clásico de dicho estilo.
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Ese mismo mes de Abril de 1985 la Ragtime Concert Band participa en el V Festival Internacional de Jazz en
la Calle de Murcia, entonces dirigido por Uli Ueininger. Causa sensación que un grupo murciano participe en
este festival. En septiembre de 1986 se integran en el grupo el clarinetista José Mateo Alcaraz (en la
actualidad profesor de clarinete del Conservatorio de Almería), el trombonista Francisco Javier Rico Becerra (en la actualidad profesor de armonía del Conservatorio de Murcia),ambos naturales de Lorca, el tuba José
Manuel Martínez Gómez (en la actualidad profesor de tuba del conservatorio de Murcia), natural de Archena, y
el trompetista Moisés Gil Bernabé (hasta hace poco director de la Sociedad Musical y Cultura de Algorfa, ya que falleció el 9 de enero de 2013),
natural de dicha ciudad.
Se puede decir que en ese momento es cuando nace la formación básica de la Ragtime Concert Band. Por
entonces, el mayor interés de Antonio era conseguir un sonido característico en la formación y un tímbre
equilibrado y homogéneo en todos y cada uno de los ragtime interpretados.
El repertorio se amplía a otros ragitmes como Pinapple rag, The easy Winners, Sunflower Slow Drag, Ragtime Dance
o incluso Wall Street Rag, contemplándose la idea en éste último de proyectar el texto original que acompaña a
la partitura intercalando diferentes imágenes que ilustraran la recesión económica en los Estados Unidos del
año 1907 (nada comparable con la gran depresión de 1929-1930 que estaba por llegar). También se baraja la
idea de montar un espectáculo de cine mudo acompañado de música ragtime, que nunca llegaría a realizarse.
En abril de 1986 el Ministerio de Cultura y el Instituto de la Juventud, convoca la I Muestra Nacional de
Jazz para Jóvenes Intérpretes, que tendrá lugar en Palma de Mallorca entre el 10 y el 13 de
septiembre de 1987. Esta muestra además, convoca premios al mejor solista y a los mejores arreglos,
por lo que Antonio presenta la solicitud de participación enviando una maqueta del grupo, así como los arreglos de Pineapple Rag. Los resultados de la
selección no se hacen públicos hasta el verano de ese año y en septiembre Antonio se ve obligado a
incorporarse al segundo período de milicias universitarias en la Academia de Infanteria de Toledo, por
lo que se ve obligado a solicitar la prórroga de dicho período al verano siguiente.
Dicha muestra tuvo lugar en el Teatro Romano del Pueblo Español de Palma de Mallorca. El día 10
actuaron los grupos: Beboporum Octect, Naima Quartet, Hiskadix, Baio Ensemble, el día siguiente lo hicieron
Take Five, Ragtime Concert Band, Pork Pie Hat y Madagascar. El día 13 clausuró la muestra Carla Bley y
su grupo, haciéndose con el premio –aunque se trataba de una muestra, y no de una competición- el
entonces desconocido y joven pianista Chano Domínguez y su grupo Hiscadix.
Se prueban algunos blues y nuevos ragtimes y se unifica el vestuario de los intérpretes, utilizando
pantalón azul y pajarita y tirantes sobre camisa blanca. Por entonces se deja de ensayar en el
Paraninfo de la Universidad. Ahora han sido acogidos cordialmente en las dependencias de la
Residencia universitaria femenina del Colegio Mayor Azarbe, otro de los pocos locales dotados de
piano. En diciembre de 1986 el profesor de piano del conservatorio de Murcia, Julián García de Alcaraz
Caicedo, natural de Lorca, sustituye a Javier Gómez.
El 21 de Abril de 1987 a las 12:30 del mediodía la Ragtime Concert Band inaugura el VII Festival
Internacional de Jazz en la Calle de Murcia. La prensa regional destaca en una fotonoticia que este
grupo es uno de los pocos -verdaderamente el único- en Europa que intrepreta un repertorio íntegramente de ragtime. El grupo ya es conocido y apreciado por los murcianos y tiene numerosos
seguidores. Por la noche actúa Jorge Pardo acompañado por Ximo Tebar Quartet y a continuación Art
Blakey y los Jazz Messengers.
Ese mismo año de 1987 el Ministerio de
Cultura y el Instituto de la Juventud
propone a Ragtime Concert Band de
Murcia, como representante de España
en la Biennale de Música y Teatro de
Módena (Italia). El concierto tiene
lugar el 22 de Julio a las 9:30 de la
noche en la concurridísimo y bellísmo Cortile Santa Chiara, muy cerca de la Piazza Grande y
el Palazzo Communale de la bella ciudad de la Emilia-Rogmana.
Se cierra un nuevo ciclo creativo en el grupo, en el que ha tenido un gran peso las
obligaciones laborales de los integrantes, en el que las distancias y las ocupaciones
dificultan los ensayos.
En septiembre de 1989 el clarinetista Andrés Santos Cutillas, natural de Jumilla, sustituye
a José Mateo.
Se introducen nuevos temas y ragtimes tales como Bugle Call Rag o Melancholy blues.
Es entonces cuando se inicia una importante presencia y participación del grupo en las
salas de conciertos de prácticamente la totalidad de los pueblos de nuestra geografía
regional. La participación en la tradicional Semana Grande de Cajamurcia, gracias al
interés mostrado por el grupo por parte de Bartolomé Muñoz García, responsable por
entonces de la programación de música de la Obra Cultural de dicha entidad bancaria y aguileño de pro, y sin duda alguna contribuyó a la madurez artística
de la agrupación. Por entonces ha habido un incremento en la Región de Murcia de locales y salas de conciertos dotadas con piano, lo que facilita e
incrementa el número de actuaciones de la Ragtime Concert Band. Una de estas salas más asiduas en contratarles fue La Puerta Falsa.
También por entonces fueron invitados a dar un concierto en el Conservatorio de
Palencia. Una experiencia inolvidable, como tantas otras, ya que les hizo tomar
conciencia de su modesta aportación al rico y variado panorama musical de las
provincias del país. Todavía sigue recibiendo con puntualidad anual las
invitaciones de inscripción para participar en el Festival de Jazz de Getxo.
También recuerda con añoranza los infructuosos intentos para participar en la
Sala Clamores de Madrid.
La frecuencia y la cantidad de conciertos incrementa el número de ensayos y la
variedad de repertorio, lo que exige una mayor disciplina y compromiso por parte
de los integrantes del grupo. Algunos conciertos no se pueden celebrar por la
incompatibilidad en el calendario, otros se celebran ocasionalmente sin la
concurrencia de alguno de los miembros del grupo, lo que termina afectando de
forma importante a los arreglos y en definitiva al timbre final del grupo. Para
celebrarse un concierto, al menos es necesaria la concurrencia del pianista y el
batería. Esa dependencia obliga a tomar la decisión de dotar al grupo de un
pianista y un percusionista más, que permita cierta flexibilidad y funcionalidad,
tanto de intérpretes como de repertorio. De esta forma pasan a formar parte del grupo el batería José García Abellán, profesor de percusión del
Conservatorio de Murcia y la pianista Maria Dolores Sánchez entonces profesora de Música en el Instituto de enseñanza media de Floridablanca de Murcia.
También a partir de entonces se amplía la colaboración de otros músicos, que
aunque de forma puntual, significaron una interesante aportación al resultado
tímbrico de la Ragtime Concert Band. Como el violinista Juan Antonio Medina
Sánchez (hijo de María Dolores) en 1995-1996, el violinista Juan Jesús Ros
Gómez y el violista Francisco Pérez Sánchez, en 1996-1997 (ambos profesores
de conservatorio en la actualidad) o la cantante amateur María Teresa Fernández
Herrera (profesora de primaria) que con una cálida voz se atrevió a interpretar
en el escenario varios standard de jazz como Stormy Weather, Basin Street Blues,
And the Angels sing, Ain’t misbehavin o Dinah. Aportando a sus conciertos una
interesante visión de la influencia y la aportación del ragtime al lenguaje
jazzísitico.
Interesantísima también fue la participación de Maria Jesús Villa Bueno (en la
actualidad profesora de piano del Conservatorio de Murcia) en la interpretación
de la versión Rapsodia in blue de Gershwin que Antonio arregló especialmente
para nuestra formación y que fue estrenada en Archena en 1996.
La incorporación de instrumentos de cuerda, aportaron un elemento interesante al tímbre del grupo, destacando el acento popular de ciertas melodías de
carácter afroamericano recogidas en algunos ragtimes. Esta ampliación en la plantilla del grupo permitió que otros músicos “doblaran” a otros instrumentos.
El percusionista Sebastián Mondéjar introdujo interesantes y lucidos solos de banjo en algunos ragtimes.
El estudio de partituras y la importante colección discográfica de ragtime que
durante estos años ha podido reunir Antonio, permite la recreación histórica de
algunas instrumentaciones, como es el caso de Black and White o Dill Pickles.
Otros fueron estudiados -aquí hay que decir que gracias a la paciente
colaboración de Julián García de Alcaraz- y después pasando al proceso de
instrumentación, para lo cual mantuvo el sello tímbrico que carecterizaba a
esta agrupación. De esa manera se estrenaron Harlem Rag y Saint Louis Rag de
Tom Turpin y Ragtimes Chimes de Eduard Alstyne.
Por entonces, Antonio ya se había planteado la ampliación del repertorio ragtime
a compositores más modernos, llegando a esbozar nuevos arreglos de ragtime
de compositores como Stavinsky, Hindemith, Satie o Bolling, que siguen a la
espera de ser estrenados.
Una de las experiencias más interesantes y afines a la tarea de arreglar y
adaptar música pianística de ragtime o de origen afroamericano a grupos instrumentales, fue el proyecto presentado a la Comisión del V Centenario del
Descubrimiento de América, el cual consistía en un concierto basado en obras
del compositor estadounidense, natural de Nueva Orleans, Louis Moreau Gottschalk (1829-1869), quien había visitado nuestro país en 1851-52, donde
cosechó numerosos éxitos, y donde aprovechó para transcribir varias melodías populares españolas, dándole un toque especial de virtuosismo pianístico. La
propuesta de Antonio consistió en arreglar para flauta, clarinete, violín, violonchelo y piano tanto las obras “españolas” como las Indias Occidentales. El
programa del concierto fue: Primera Parte. La gallina (Danza cubana), Le mancenillier (Serenata), Ojos criollos (Danza cubana) y Oh, mi hechicero, cuídame
(Capricho). Segunda Parte. La jota aragonesa, Medianoche en Sevilla, Manchega y Recuerdos de Andalucía.
El concierto tuvo lugar en la Sala de Cultura de Cajamurcia el martes 18 de febrero de 1992 a las 20:15, siendo los intérpretes los miembros del grupo
Ragtime Concert Band junto al violonchelista Luis Ferrán Lanz.
A finales de 1997, algunos de los miembros del grupo empezaron a
tener descendencia y las obligaciones familiares se intensificaron,
dificultando la dedicación a esta interesante e inolvidable experiencia
musical. Otros miembros del grupo aprovecharon para continuar su
andadura en agrupaciones de jazz. El resto continuaron nuestra labor
docente y/o musical en diferentes espacios y tiempos, con la añoranza
y el vivo recuerdo de haber participado en una experiencia musical
original y sin precedentes en el panorama musical de aquellos tiempos.
Quién iba a decir que diez años después de la disolución del grupo
Antonio iría a vivir a los Estados Unidos,donde, por supuesto, ha
seguido investigando y estudiando el repertorio ragtime.
Algunas de las obras que se pueden escuchar y quedan para el recuerdo son:
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1. RagtimeChimes (1900) - Egbert Anson Van Alstyne
2. Harlem Rag (1889) - by Tom Turpin
3. Dill Pickles (1906) - Charles Leslie Johnson
4. Ragtime Dance (1906) - Scott Joplin
5. The Entertainer (1902) - Scott Joplin
6. Elite Syncopations (1902) - Scott Joplin
7. The Crush Collision March (1896) - Scott Joplin
8. Maple Leaf Rag (1899) - Scott Joplin |
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Para finalizar, Antonio Hernández Moreno, quiere agradecer la aportación y el esfuerzo tanto personal como musical-que hicieron todos y cada
uno de los músicos integrantes de la Ragtime Concert Band para expresar y vivir con éxito ese espíritu feliz y contagioso que siempre han emanado las
partituras de aquellos pianistas-compositores de color, que superándose a los perjuicios y dificultades generadas por el racismo de la época en la que les
tocó vivir, fueron capaces de escribir la música más divertida jamás escrita, manteniendo vivos en los corazones -tanto de intérpretes como de auditorio- el
optimismo y los buenos sentimientos necesarios para vivir en sociedad (Nueva York, 17 de septiembre de 2011).
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